ReINgeniería de Vida para Crear Abundancia, Bienestar y Libertad desde Tu Esencia: octubre 2007

jueves, 25 de octubre de 2007

¿Otra vez hice lo mismo?

"Otra vez hice lo mismo!"; "¿Cómo puede ser que me suceda nuevamente, con tanto esfuerzo que hice para cambiar esa parte de mí?". "Qué pena! No me di cuenta y desperdicié mi única oportunidad...!".

Ante este tipo de pensamiento, acto seguido, uno se cuestiona el valor de su propia inteligencia; quizás se insulte a sí mismo, o tal vez culpe a la vida respecto de que ciertos asuntos vuelvan a repetírsenos, o de que perdamos oportunidades sin haber respondido desde nuestro mejor lugar... Sin embargo, a veces alivia saber una cosa: a todos nos pasa lo mismo. No, no es por aquello de que "Mal de mucho consuelo de tontos", sino que, saber que este tipo de repeticiones son naturales en el proceso de evolución de un individuo, descarga el peso de concebirlas como una "falla estrictamente personal" (algo así como si uno se dijera "No sirvo para este mundo, para esta vida"). A todos se nos presentan estas situaciones repetitivas, como si los eventos esperaran de nosotros una mejor respuesta que la que dimos la última vez desde nuestra propia mecanicidad.

No hay cómo saber si la Realidad en sí tiene o no un Sentido, si es "para algo" que ciertos eventos se repiten en la historia personal, si hay una Ley oculta que genere este fenómeno con alguna razón difícil de comprender: en ningún lugar te entregarán un certificado en el que conste que esas cosas tienen algún Sentido. Sin embargo, esto implica que la opción está en uno. Uno mismo es quien puede posicionarse de dos maneras: o bien como una víctima de las circunstancias, que nada puede hacer para evitarlas, o como alguien que se predispone a aprender de eso que le sucede. En ese caso, así no tengamos una constancia fehaciente de que la vida tiene un Sentido, esa actitud misma estaría adjudicándoselo, por nuestra propia decisión.

Si uno evoca a las mejores personas que haya conocido, no importa a qué se hayan dedicado, qué credo practicaran, cuán anónimas o importantes hayan resultado: seguro, sí, que esas personas han procurado sostener a lo largo de las peores circunstancias esa segunda actitud (actitud que con frecuencia requiere de un hondo valor, de una fuerza de espíritu muchas veces colosal). Tal vez seamos como esas cerámicas que necesitan ir al horno varias veces hasta que se logre una cocción tal que la pieza cobre su pleno valor y su total belleza: cada repetición, entonces, se convertiría en una oportunidad de ser "más cocidos"; es decir, menos "crudos", más sensatos, más modestos, y, -por qué no-, más sabios. Quizás para eso la vida presenta otra oportunidad ante aquello que no pudimos aprovechar aún para aprender...


"Una mentira pretende
hacernos creer que nada
se presenta a nosotros por segunda vez.
¿Qué sería de nosotros si eso fuese cierto?
Nuestra vida entera depende de que todo
se repita hasta que respondamos
desde nuestro interior.
Puede que la milésima ocasión
rompa el hechizo."

Robert Frost


Fuente: Virginia Gawel & Eduardo Sosa

Hallan el lugar del cerebro donde nace el optimismo

Determinan cuáles son los circuitos neuronales involucrados

La tendencia tan humana de mirar hacia el futuro con optimismo descansa en lo profundo del cerebro, afirman investigadores de la Universidad de Nueva York, Estados Unidos, que identificaron una red de circuitos cerebrales que se activa cuando nos imaginamos viviendo una vida larga, sana y plena de logros.

"Comprender el optimismo es crítico, ya que se lo relaciona con la salud física y mental. Por otro lado, una visión pesimista está correlacionada con la gravedad de los síntomas de la depresión", declaró la profesora Elizabeth Phelps, directora del laboratorio de la Universidad de Nueva York donde se realizaron los experimentos cuyos resultados publica hoy Nature .

El equipo de Phelps sometió a un grupo de voluntarios a estudios de resonancia magnética funcional para examinar sus cerebros mientras se les pedía que se imaginaran a sí mismos en futuros eventos como "ganar un premio" o "terminar con una relación amorosa".

"Cuando los participantes imaginaban circunstancias positivas, se detectaba una mejora de la activación en el cíngulo anterior y en la amígdala, que son las mismas áreas cerebrales que parecen funcionar mal en la depresión", dijo el doctor Tali Sharot, principal autor del trabajo, que actualmente realiza un posdoctorado en el University College London, en Gran Bretaña.

"Los participantes más optimistas mostraban una mayor actividad en esta región al imaginar eventos futuros positivos", agregó el doctor Sharot.

"Nuestros resultados sugieren que mientras el pasado está cerrado, el futuro está abierto a interpretación, lo que permite a las personas tomar distancia de posibles eventos negativos y acercarse hacia aquellos que son positivos", declaró Phelps por su parte.

Implicancias terapéuticas

"Si bien muchos aspectos de las emociones suceden de forma espontánea, en los útlimos años se ha descubierto que las reacciones emocionales interactúan con otros procesos cognitivos más organizados y planificados (nuestros pensamientos, nuestras intenciones, nuestros planes, etcétera), de modo tal que estos últimos pueden modificar el curso de la respuesta emocional -comenta el doctor Fernando Torrente, jefe de Psicoterapia Cognitiva del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco)-. Por supuesto la interacción es de doble vía, y nuestra emociones a su vez guían y condicionan nuestras decisiones y acciones."

Estudios previos habían hallado que el cíngulo anterior se encontraba involucrado en la regulación de las respuestas emocionales. Este nuevo trabajo sugiere que en los individuos sanos esta región cerebral ayudaría a integrar y regular la información emocional y autobiográfica, permitiendo generar una visión positiva del futuro.

"Desde el punto de vista terapéutico, este trabajo tiene implicancias muy interesantes, pues refuerza la idea de que el modo en que pensamos e interpretamos nuestra realidad se conecta directamente con nuestras vivencias emocionales, y modificando la forma en que pensamos podemos mejorar nuestra experiencia emocional -dice Torrente-. Esto definitivamente apoya la concepción subyacente en los diferentes tratamientos psicoterapéuticos, y en especial los tratamientos basados en la teoría cognitiva. En efecto, según este enfoque, la clave para mejorar diferentes alteraciones emocionales es modificar los pensamientos negativos disfuncionales que las sostienen. O sea que la psicoterapia puede modificar la forma en que funciona nuestro cerebro."

Fuente: Artículo en LANACION.COM

lunes, 8 de octubre de 2007

¿Morir de rutina?

Así no. "Como siempre" no.

Porque los humanos tenemos un riesgo de Vida con el que lidiar: se llama "rutina".

Y es un riesgo de Vida porque implica un imperceptible proceso de auto-embalsamamiento: lo más vibrante de sí, nuestra capacidad de real contacto con la Vida, queda anestesiado por "lo de siempre".

Dejamos de expresar el afecto, de nutrirnos, de nutrir, y nos volvemos desesperantemente previsibles los unos para los otros.

"Rutina" es esa ruta pequeña del hábito, a la que nuestro cerebro, inclusive, está acostumbrado, porque le implica un menor esfuerzo, y puede hacerlo "en piloto automático".

Pero... si el piloto es automático y el comandante está embalsamado, ¿podrá nuestra nave llegar a buen destino?

Chesterton escribió una novela, (quizás hoy arcaica en su estilo, pero fantástica en el tema elegido), a la que llamó "Hombre-Vida"; hermoso título, ¿verdad?

Se trata de alguien cuyo "siempre" era hacer cada día algo diferente, algo fresco, algo no-rutinario, aún en las pequeñas instancias cotidianas, para vivir Vivo.

Cuando nuestra vida está rancia es porque uno mismo se ha vuelto rancio.

La mayoría de los hábitos deberían tener fecha de vencimiento. Sólo así cada uno de nosotros puede volverse un Hombre-Vida, una Mujer-Vida.

No hace falta gran cosa: ni más dinero, ni ser más joven, ni vivir en otro lugar.

Lo que hace falta es alertidad para gestar la iniciativa, ejercerciendo cada día al menos un acto creativo, con lo pequeño, con lo que hay.

No mañana ni el año próximo, "cuando tengamos más tiempo": HOY.
Porque, más aún que el agua y que el petróleo, el tiempo es un recurso no-renovable.

Entonces: sólo depende de nuestra actitud.

Si eso no sucede, si no nos des-mecanizamos, la Vida que hay en nosotros muere.

Y es necesario que nos anoticiemos de esto:
nadie vendrá a resucitarnos, pues sólo uno mismo puede hacer levantar al propio Lázaro para que vuelva a andar. (Tristemente sucede con demasiada frecuencia que cuando la muerte definitiva viene a buscar a los humanos sea poco el trabajo que tiene: se lleva cuerpos, pues el resto ya hace mucho que ha muerto. Muerto de rutina.)

Vinicius de Moraes y Chico Buarque lo cantaron tan bello que no hace falta decir más:

Un día él llegó tan diferente
de su modo de siempre llegar,
mirándola con ojos más tiernos
de lo que se había habituado a mirar,
y no habló mal de la vida
tal como se había acostumbrado a hablar,
ni la dejó sola de lado,
y, para su asombro, la invitó a bailar.
Y ella se puso tan linda
como hacía mucho no sabía estar,
con su vestido escotado
que olía ha guardado de tanto esperar.
Después él la tomó del brazo
como hacían antes para caminar,
y llenos de ternura y gracia
fueron a la plaza y se empezaron a abrazar...
Y allí danzaron tanta danza
que la gente toda al fin se despertó.
Fue tanta la felicidad
que la ciudad toda se iluminó.
Y fueron tantos besos locos
tantos gritos roncos
como no se oían ya...
que el mundo comprendió
y el día comenzó
en paz.
(Vinicius De Moraes - Chico Buarque)

Fuente:

domingo, 7 de octubre de 2007

Las 3 virtudes

¿Que clase de ser humano soy?

Qué pregunta ¿Verdad?

La del vaso, que retiene y que no da nada.
La del canal, que da y no retiene.
La de la fuente, que crea, retiene y da.

Y entonces comprendi que, hay seres humanos-vaso, cuya única ocupacion es almacenar virtudes, ciencia y sabiduria, objetos y dinero. Son aquellos que creen saber todo lo que hay que saber; tener todo lo que hay que tener, y consideran su tarea terminada cuando han concluido su almacenamiento. No pueden compartir su alegria, ni poner al servicio de los demas sus talentos, ni siquiera repartir sabiduria. Son extraordinariamente esteriles; servidores de su egoismo; carceleros de su propio potencial humano.

Por otro lado existen los seres humanos-canal, son aquellas que se pasan la vida haciendo y haciendo cosas. Su lema es: "producir, producir y producir". No estan felices si no realizan muchas muchisimas actividades y todas de prisa, sin perder un minuto. Creen estar al servicio de los demas, fruto de su neurosis productiva, cuando en realidad su accionar es el único modo que tienen de calmar sus carencias; dan, dan y dan; pero no retienen. Siguen dando y se sienten vacios.

Pero tambien podemos encontrar seres humanos- fuente, que son verdaderos manantiales de vida. Capaces de dar sin vaciarse, de regar sin decrecer, de ofrecer su agua sin quedarse secos. Son aquellos que nos salpican "gotitas" de amor, confianza y optimismo, iluminando con su reflejo nuestra propia vida,

Fuente: ~ Autor desconocido ~
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