ReINgeniería de Vida para Crear Abundancia, Bienestar y Libertad desde Tu Esencia: junio 2008

martes, 24 de junio de 2008

Carta abierta: El Mea culpa de los profesionales

Queridos lectores,

Comparto con ustedes este artículo que escribió mi querida amiga Lía en la que encara dos posturas diferentes en distintos ejemplos expuestos, el paradigma tradicional (podríamos decir objetivista) y el emergente (podríamos decir constructivista) donde el observador interviene en cada situación y "construye" y da sentido a su experiencia dependiendo de ésto el mundo de posibilidades que se le puede abrir para accionar hacia sus resultados.

En su texto de interpretación, pone énfasis en las "grietas" sociales que traemos arrastradas desde hace tiempo y cuesta mucho erradicar. Vamos paso a paso... Por suerte ya muchos estamos tomando conciencia de todo esto, estamos despertando y llevando luz a otros para que puedan hacer lo mismo en pos de un mundo mejor.


Aquí va el artículo... ¡Gracias Lía por compartirlo!

Cariños
Ana Cecilia

Carta abierta: El Mea culpa de los profesionales

Es una carta que desborda juicios, algunos de ellos fundados, solo es material para la reflexión individual, cada uno sabrá donde le hace ruido…

Profesionales… ¿de donde venimos? ¿A donde vamos?

Como profesionales hemos ido acompañando y hemos sido parte de procesos sociales, cumpliendo diversos roles. Nos fuimos definiendo o mejor dicho se nos definió nuestra esencia desde los ámbitos académicos.

En esta realidad que hoy nos toca vivir las prácticas institucionalizadas nos resultan pobres, dando cuenta de la necesidad de reveer nuestro sustento ideológico y científico.

En este texto, y únicamente a modo de ejemplo, referiremos a tres de ellas: Docencia, Medicina, Asistencia Social.

Podemos encontrar muchos puntos en común:

Para definir un rol, es necesario definirlo en relación a otro. Por ejemplo, al definir al “doctor”, también estamos definiendo su relación con el “paciente”. Lo mismo sucede con el “maestro” y el “alumno”, el “asistente social” y el “necesitado”. De este modo el doctor es el que tiene el conocimiento, diagnostica, otorga un tratamiento y evalúa; por otro lado el paciente pone su cuerpo, acata el tratamiento y confía en el conocimiento del profesional. El maestro posee todos los conocimientos que el alumno aún no ha aprendido y debe “depositarlos” en sus mentes, el alumno es como una vasija vacía la cual recibirá el conocimiento académico. El asistente social es el que diagnostica, planifica, ejecuta políticas sociales, y el “necesitado”, recibe la atención y suscribe a dichas las políticas.

La disposición del espacio. Ya sea en oficinas, consultorios o aulas, solemos encontrarnos con un escritorio. No solo es un mobiliario funcional a la actividad, sino además un símbolo de división y jerarquía. Quien se siente de uno u otro lado del escritorio es el que tiene el conocimiento (y por lo tanto el “poder de la verdad”) y el otro el que lo necesita y depende de ello. En las escuelas se puede observar que la disposición de los bancos del alumnado se encuentra en fila, direccionados hacia el pizarrón. Esto posibilita no solo la visión de la pizarra, sino además la audición de todos hacia la docente, trasmisora de conocimiento.

Adquisición del conocimiento. El conocimiento es privativo de aquellos que habiendo transitado por los ámbitos académicos se hicieron acreedores de un título de grado (minimamente), habilitados y autorizados para intervenir en lo social, en la conformación de la persona y en su salud (o enfermedad mejor dicho).

Mi crisis, tu crisis…

¿Qué es lo que sucede cuando luego de determinados trabajos, implementaciones y acciones vemos que no logramos los resultados esperados? Seguramente haremos alguna capacitación, especialización, jornadas, congresos, etc.

¿Qué sucede cuando el IPV adjudica un plan de viviendas y los nuevos habitantes “destruyen” las instalaciones sanitarias y construyen su letrina en la parte trasera de la vivienda? Seguramente alguien diría “…que desagradecidos, encima que le dan una vivienda la destruyen….”

¿Qué sucede cuando el médico indica un tratamiento, una dieta alimentaria por ejemplo, y el paciente no obtiene los resultados imaginados? Podríamos pensar que el paciente hizo abandono del tratamiento.

¿Qué sucede cuando un niño va a hacer las compras y no puede determinar el gasto realizado, con cuanto debería abonar y cuanto recibir de vuelto? Seguramente no estudió las sumas y restas.

Cómo estas preguntas se podrían formular cientos, desde distintos ámbitos, profesiones, instituciones, etc. Y todas ellas nos dan cuenta de la existencia de una crisis en el paradigma dominante. Comienza a vislumbrarse las deficiencias de los sistemas para dar respuestas a la atención de distintas situaciones problemáticas.

Es así como, paso a paso y de modo lento, se construye un nuevo saber basado no en la intervención sobre el “sujeto” u “objeto”, sino sobre esa porción de la realidad en colaboración del sujeto.

Por ejemplo, nos encontramos con docentes que incorporan el saber previo del alumnado para junto a ellos construir uno nuevo que le dé sentido a la realidad en las que se encuentran inmersos. No sirve dar una clase de ecología o cuidado de medio ambiente obviando el hecho de que muchos de esos niños residen y se alimentan en el basural municipal. El conocimiento no es algo externo al individuo sino que se construye por y a través de ellos.

Algunos docentes también incorporan técnicas complementarias como talleres, laboratorios, etc., para que el alumnado promueva y desarrolle su propio conocimiento. Docentes como facilitadores en el proceso de aprendizaje.

En cuanto a la Asistencia Social se hizo un quiebre desde lo lingüístico, dando paso al Trabajo Social, poniendo fuerte énfasis en la promoción del sujeto como actor activo del cambio, y no como figura pasiva en la atención de las necesidades. En esta nueva mirada, es el sujeto quien puede definir cuales son sus necesidades sentidas y cuales son los satisfactores en cada caso.

Volviendo al ejemplo de la vivienda, resultó ser que los “beneficiados” era población de una comunidad aborigen. El tipo de vivienda no se adecuaba a sus necesidades ni a las características culturales del grupo, el diseño se basó en la conceptualización sobre que es una viviendo o como debe ser una vivienda, que tuvo el “experto técnico”.

Algo similar ocurre en la medicina, en la selección del tratamiento no se suele tener en cuenta al paciente y su contexto (social, económico, cultura, etc.). Para cada patología el médico tiene un tratamiento, como una receta genérica, siendo algunos de ellos no viables porque no se le d.C. la posibilidad al paciente de “construir su enfermedad y de construir su salud”.

De la crisis…a un nuevo marco

Ante la complejidad de la cuestión social, se necesita un conocimiento que pueda acompañar la realidad, proporcionando herramientas a los sujetos para que puedan construir sus propias interpretaciones y sus propios saberes. Romper el paradigma de la verdad única y externa.

Si bien el paradigma dominante recién comienza a dar señales de sus grietas, hay otro que se encuentra en gestación… ¿de qué modo como profesionales nos preparáramos para cuestionar y rever nuestras prácticas y nuestra propia cientificidad?

Autora: Lic. Lía Massara. Puerto Madryn, Chubut, Argentina.

lunes, 23 de junio de 2008

¿Por qué no soy feliz?

Mi primera respuesta a tu pregunta es otra pregunta:

¿Qué crees tú que necesitas para ser feliz?
¿Qué cosas quisieras tener para experimentar felicidad?
¿Que personas necesitas tener a tu lado para sentirte feliz?,

¿Qué circunstancias necesitas que cambien para que seas feliz?

Hay personas que nunca se sienten realizadas. Muchas cosas le fastidian y le molestan.

Ellos van por este hermoso mundo corriendo desesperados como un niño que afanado persigue el arco iris.

A pesar del serio esfuerzo del niño y su intento de acercarse, el arco iris parece burlonamente alejarse. Para esas personas, la felicidad siempre se halla más allá de donde ellos se encuentran.

Un joven me decía: Me casaré cuando encuentre la persona que traiga satisfacción a mi vida. Con esa filosofía de vida algunos piensan: cuando encuentre a mi cónyuge, entonces seré feliz.

Otros que ya lo han encontrado y ya se han decepcionado, piensan "cuando me separe, entonces seré feliz".

Algunos piensan: cuando tenga hijos seré feliz y otros, cuando se marchen, entonces comenzará mi felicidad.

La vida no funciona así. Podrás tener riquezas y ser infeliz, estar rodeado de las personas más amorosas y vivir las circunstancias ideales, pero eso no quitará de ti todos tus males.

Es que la felicidad no se descubre al encontrar a la persona apropiada, sino en ser la persona adecuada. La felicidad no está en encontrar a quien te haga feliz, sino en aprender a traer felicidad a los que te rodean.

La felicidad la encuentra la persona que aprende a vivir sabiamente. Establece relaciones saludables, pone límites, acepta lo bueno y rechaza lo cuestionable.

Es feliz quien se acerca a las personas sin sospecha pero con prudencia y se aleja de quienes le hacen daño, sin maltratar pero con inteligencia. La felicidad la encuentra quien aprende a usar las cosas y no a las personas, quien no abusa ni permite el abuso.

No es feliz quien nunca recibe heridas, sino quien sabe cómo evitarlas y, cuándo es imposible, sabe cómo curarlas.

No es feliz quien nunca tiene problemas o todo lo tiene resuelto, sino quien cuando estos llegan los enfrenta sabiamente y cuando no puede busca ayuda inmediatamente.

Por nuestro propio bien, dejemos de buscar la felicidad en las cosas, personas o circunstancias que nos rodean y comencemos a cambiar desde nuestro interior, las actitudes que nos están afectando.

Fuente: Desconozco su autor.

jueves, 12 de junio de 2008

Usa tus sentidos sabiamente

Se Encontraba en la biblioteca un hombre vestido de overol de esos que usan los trabajadores de las fábricas, y calzaba sandalias en un día muy frío.
En sus manos llevaba varios libros.
¿Quién es ese hombre?,
era la pregunta general.
Es un profesor de Física, y viene del Peru, fue la respuesta, con la siguiente historia:

Un día este hombre llegó hasta la facultad de Física vestido del modo tan particular en que le gusta vestir.
Pidió, una entrevista con el decano.
Le indicaron que estaba en una reunión con un grupo de docentes.
El hombre insistió en verlo.
La secretaria lo buscó, y al rato salió el decano a verlo.
Luego de saludarlo, el hombre le dijo:
Vengo a pedir trabajo como docente de Física.

El decano miró su apariencia de arriba abajo; su aspecto era la antítesis de un profesor universitario.
De pronto, el decano dibujó una leve sonrisa en su rostro y lo invitó a que lo acompañara.
Entraron en una sala donde había
una media docena de docentes universitarios.
El decano le dijo:
Hace poco recibimos este libro como texto guía.
Estamos aquí intentando solucionar unos problemas de Física.
Si usted es capaz de resolverlos, lo contrato como docente.

El hombre tomó el texto, se dirigió a una pizarra y tranquilamente
comenzó a resolver uno a uno los problemas que le habían indicado.
Los docentes cambiaron poco a poco la sonrisa de burla que tenían en sus rostros por una cara de asombro. Cuando terminó, el decano, atónito, le dijo casi tartamudeando:
¿Cómo pudo hacerlo? ¡Hemos estado aquí varios días sin poder resolver estos teoremas!
El hombre, con sencillez, simplemente respondió:
Yo soy el autor del libro.


~Reflexión~
La mejor forma de equivocarnos con las personas
es juzgarlas por aspectos externos. Ninguna persona encaja fácilmente en los estereotipos
que nos formulamos de ellas.

"No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho;
Y NO mirar lo que está delante de NUESTROS ojos, SINO SUS ACTOS Y no juzgar a las personas por SU aspecto externos sino por los principios que tienen.

Usa tus ojos...
para ver la belleza de la vida, o para ver el interior de las personas. No los uses para criticar maliciosamente de
cómo se ven o se visten los demás, o para juzgar a las personas sólo por sus apariencias.

Usa tus oídos...
para escuchar a tu prójimo y poder ofrecerle una palabra de aliento; para escuchar los sonidos agradables que te ayudan a olvidar las dificultades y edifican tu interior. No los uses como un arma, o para envenenar a los demás, creando cizañas, con lo escuchado.

Usa tu olfato...
para percibir el olor de las flores, del perfume, del amor. No lo impregnes, con los malos olores, como lo son el odio, el egoísmo, la traición.

Usa tu gusto...
para saborear el triunfo de tus metas alcanzadas, de los logros obtenidos con esfuerzo y dedicación. No lo uses para saborear las derrotas de otros, o cuando algo les sale mal.

Usa tu tacto...
para sentir y dar amor, para tocar a las personas con tus deseos positivos, con tu caridad. No lo uses para pedir injustificadamente, o para golpear sin piedad.

¡El Sexto Sentido, el más importante...!
es el que nos da la sabiduría para distinguir la diferencia entre los otros sentidos; entre el bien y el mal, entre dar o recibir, entre salvar o matar.

A veces miramos sin ver; oímos sin escuchar; olemos sin percibir; probamos sin saborear; tocamos superficialmente...!

¡Usa tus sentidos sabiamente; no se trata de cuántos tengas, sino de cómo los utilizas.

Fuente: Autor desconocido.

lunes, 9 de junio de 2008

Siete frases

Hola mis lectores queridos,

Qué importante es utilizar nuestro mágico lenguaje para hacernos sentir bien a nosotros mismos y hacer sentir bien al otro, ¿verdad?

Pues bien, en este post los animo a que lo hagan compartiendo con ustedes 7 frases importantes que nos ayudarán a vivir mejor en la convivencia con el otro (nuestra familia, amigos, compañeros de trabajo y toda persona con la que tengamos relación a menudo).

Les aseguro que los resultados son mágicos y notables.

No me crean, compruébenlo.

Les mando un cariño inmenso esperando que se estén super bien! Y sino, ya saben... lean mi blog que encontrarán muchas cositas para levantar el ánimo que es lo que hice hoy al comenzar el día luego de un fin de semana un poco caiducho.

Ana Cecilia

Las siete frases de las que les hablaba... y al final una reflexión mía:

1. Te amo, te quiero:

Ningún ser humano puede sentirse realmente feliz hasta escuchar que alguien le diga "te amo". Atrévete a decirlo a la otra persona, a tu cónyuge, a tus padres, a tus hermanos, a tus hijos, si es que nunca lo has hecho, haz la prueba y verás el resultado.

2. ¡Te admiro!:

En la familia, en tu trabajo, tus amigos... cada persona tiene alguna una cualidad o habilidad que merece reconocimiento. Todos, en algún momento, sentimos la necesidad de que se nos reconozca algún logro o meta alcanzada.
¿Cuándo fue la última vez que le dijiste esto a alguien?

3. ¡Gracias!:
Una necesidad básica del ser humano es la de ser apreciado y reconocido.
No hay mejor forma de decir a una persona que es importante lo que hace por nosotros, que expresarle un "¡gracias!", no en forma mecánica sino con pleno calor humano.

4. Perdoname, me equivoqué...
Decir esto no es tan fácil, sin embargo, cuando cometas un error que ofenda o perjudique a otras personas, aprende a decir con madurez: "perdóname, me equivoqué".

5. Ayudame, te necesito:
Cuando no podemos o no queremos admitir o expresar nuestra fragilidad o necesidad de otros, estamos en un grave problema. No te reprimas. ¡pide ayuda!, que también son muy importantes
las palabras.

6. ¡Te escucho... háblame de ti!
¿Cuántas veces le has dicho a algún miembro de tu familia: "a ver háblame, qué te pasa?". Tal vez muchos problemas y mal entendidos se resolverían si tan solo escuchásemos lo que nos tratan de decir.

7. ¡Eres especial!
Es importante hacerles saber a tus seres queridos cuanto ellos significan para ti.

Autor: Desconocido


¿Cuánto tenemos disponible estas declaraciones de amor en nuestras vidas?
¿Cuáles son las personas mas cercanas a mi con las que me cuesta hacer estas declaraciones?
¿Qué me frena?
¿De qué manera me demuestro a mi misma que me quiero?
¿Me trato con amor cuando cometo un error? ¿Me perdono?
¿Amo lo que hago? Cualquier cosa que sea…
¿Pongo amor en lo que hago?
¿Trato a los demás con amor?

Esto de auto-cuestionarse esta bueno cada tanto, sobre todo cuando uno se ve envuelto en la rutina, ocupaciones y preocupaciones del día… de repente no sabemos quiénes somos, cuál es el sentido de lo que hacemos, ni a donde vamos.

Creo que declarar te quiero o te amo por ejemplo, genera una relación especial con uno mismo, con el otro y forma parte del mundo que compartimos. Pensamos a menudo que si existe amor entre dos personas, no hace falta decirlo y lo damos por sentado. Sin embargo, la declaración “te quiero” o “te amo” o “te necesito” (y las que menciona el texto) no solamente explica el sentimiento, sino que lo alimenta y lo ayuda a crecer.

Espero que puedas hacerte las preguntas que me hice yo… y puedas tomar contacto con vos mismo en este día… para valorarte y amarte como lo necesitas.

Cariños
Ana Cecilia


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Ana Cecilia Vera asiste a personas y profesionales en el proceso de cambio que necesitan para emprender y lograr sus objetivos desde una transformación interior. Si quieres crear nuevas posibilidades en tu vida, disfrutarla al máximo con éxito y felicidad, visita ahora www.anaceciliavera.com.ar para recibir más tips gratis.
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