Quisiera contarles lo que significó para mi hace ya dos años, comenzar la creación de una newsletter, publicar mi página web y mi blog lo cual consideraba una meta que deseaba lograr con todo mi amor y pasión pero que me costó mucho "largar" o "soltar".
Recuerdo que cuando comencé a esbozar la idea en mi cabeza me asaltaron muchas dudas y "conversaciones internas". Era como si este grupo de voces me hablaran en un alto-parlante para decirme tantas cosas que me hacían tambalear. Intento recordarlas y las escribo en un intento de entenderlas lingüísticamente:
¿Para qué vas a hacer una newsletter? ¿Y una página web tuya? ¿Para qué sirve?
¿Qué vas a compartir y enviar que otro no haya enviado ya?
No sirve hacerlo, a la gente no le va a gustar... les vas a caer pesada...
¿A quién le va a interesar leer cosas de tu vida, tus escritos, tus investigaciones?
Entre otra más...
Muy probablemente el leer estas "voces" te causen risa; al leerlas a mi también me genera el mismo sentimiento sobre todo por lo INFUNDADAS que son. Yo me preguntaba ¿cómo se generan este tipo de "conversaciones" en mi mente?
Y aparecen. Me aparecen a mi, te aparecen a ti, nos aparecen a todos constantemente en cada situación que vivimos. No las podemos evitar. Vienen desde uno mismo, producto de experiencias pasadas, temores, crianza recibida, ideas culturales, pre-juicios y vaya a saber de cuáles otros orígenes que seguro son muchos.
Cuando estas voces internas suenan positivas, nos apoyan, nos alientan, nos animan. Ahora, ¿qué ocurre con aquellas que provocan en nosotros el efecto contrario? Nos asaltan la duda, el temor, el miedo a hacer lo que uno desea, a la inseguridad de no saber qué pasará después, el miedo a la exposición, a mostrase tal cual uno es.
Y estoy compartiendo esta vivencia porque quiero mostrarte qué hice yo con estas voces, "cómo les bajé el volumen", cómo las callé para elegir escuchar aquellas que venían de mi real deseo, de mi corazón, de mi esencia.
Elegí no escucharlas, elegí no escuchar las voces del temor de hacer algo pensando que no sería importante o no iba a ser valorado.
Elegí escucharme a mi misma, escuchar mi deseo y encontrar otra razón más para darle sentido a mi vida, a mis acciones, a mi existencia.
Me elegí a mi misma cuando decidí sostener en alto mi deseo de cumplir esta meta alineándome con mi misión y compartir con el mundo mis sentimientos, mis ideas, mis curiosidades, mi experiencia, mis investigaciones, mi vida.
Gracias al coaching ontológico pude adquirir herramientas lingüísticas que me apoyaron en este camino de cumplir esta meta (como me están apoyando a cumplir muchas otras). Y así fue, que decidí crear nuevas conversaciones internas, conversaciones internas que apoyen mi deseo y convicción. Mi creencia de que querer es poder, mi creencia de CREER en mi misma, creer en el amor que siento cuando hago cada cosa, en la pasión que invierto en mis objetivos, en mi creencia y reconocimiento de lo que soy como persona.
Entonces ellas "aparecieron" y mi LENGUAJE CREÓ REALIDAD y me apoyó en el logro de este objetivo. En verdad sé que "no aparecieron" sino que yo misma pude crearlas y que decidí hacerme cargo tomando una posición de responsabilidad.
Intento recordarlas y las escribo en un intento de entenderlas lingüísticamente:
- Creo en mi elección de crear una página web personal para el encuentro conmigo misma, para conocerme y darme a conocer y compartir con otros mi experiencia de vida que tanto beneficio me ha dado y me da cada día.
- Creo en mi deseo de compartir una newsletter periódica con mis pensamientos e ideas, artículos de distintos temas que puedan hacer bien a las personas que lo lean y ante todo les genere un sentimiento de "disfrute".
- Sé que mucha de la información que deseo compartir, ya fue publicada antes por otras personas y hoy por hoy publican, pero también sé que la elección de los temas, mis ideas y comentarios sobre lo enviado me describe a mi como persona especial que soy y ser humano único en el mundo y siento que desde mi persona estoy haciendo una diferencia.
- Elijo enfocarme en las personas que valorarán mi trabajo y lo tomarán como una diferencia al aplicarlo en sus vidas.
- Elijo enfocarme en mi deseo, en mis ganas de ser mejor y dar lo mejor.
Yo elegí callarlas y crear voces que me apoyaron en el proceso. Y así fue que estas "conversaciones internas" generaron emociones positivas en mi, emociones de entusiasmo, convicción, fuerza y pasión para diseñar mi meta, planear acciones para lograrla y por fin ejecutarla y ahora sostenerla.
Las voces que elegí me apoyaron en el proceso y me permitieron sentirme libre para pedir ayuda en el camino, me permitieron reconocerme en el trabajo realizado y por la fuerza y energía de ir por más.
¡Hasta la próxima!
Ani Vera
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