ReINgeniería de Vida para Crear Abundancia, Bienestar y Libertad desde Tu Esencia: 2007

lunes, 17 de diciembre de 2007

Deseos renovados


"Se cuenta que Nasrudin paseaba por las calles de Calcuta y encontró a un hombre que estaba vendiendo lo que creyó que eran dulces, aunque en realidad se trataba de chiles picantes. Nasrudín era muy goloso y compró una gran cantidad de los supuestos dulces, dispuesto a darse un atracón.

Muy contento, se sentó en un parque y comenzó a comerlos. Nada más morder el primero de los chiles sintió fuego en el paladar. Eran tan picantes aquellos “dulces” que se le puso roja la punta de la nariz y comenzó a soltar lágrimas hasta los pies. No obstante, Nasrudín continuaba llevándose sin parar los chiles a la boca. Estornudaba, lloraba, hacía muecas de malestar, pero seguía devorando los chiles.

Asombrado, un paseante se aproximó a él y le dijo:

Amigo, ¿no sabe que los chiles sólo se comen en pequeñas cantidades?

Casi sin poder hablar, Nasrudín comentó:

-Buen hombre, créame, yo pensaba que estaba comprando dulces.

Pero al ver que Nasrudin seguía comiendo chiles, el paseante insistió:

-Está bien, comprendo su confusión, pero ahora que ya sabe que no son dulces, ¿Por qué sigue comiéndolos?

Y entre toses y sollozos, Nasrudin dijo:

-Ya que he invertido en ellos mi dinero, no los voy a tirar. "

(Adaptación de un cuento sufí)


Creo que es fácil reconocerse en esta actitud de Nasrudín. Cuando nos comportamos obstinadamente tratando de mantener planteamientos obsoletos, con testarudez, aún después de habernos hecho conscientes del malestar que dichos enfoques nos están generando. Y es que no es fácil soltar lo innecesario, lo falso, lo inadecuado, cuando se ha invertido mucho en ello.

Considero que en esos momentos hay que echar mano de la amplitud de miras, de la flexibilidad y recordar el verdadero propósito de nuestros actos. Ser capaces de reconocer que “quizás hay otra manera” de entender, de ver, de hacer, … y movernos en esa nueva dirección con el convencimiento de que es más saludable sentirnos libres para volver a elegir que tener razón, cueste lo que cueste.

Por muy preciada que nos resulte una creencia, para que sea digna de mantenerla es necesario que pase la prueba de la verdad y de la paz, es decir, que al cuestionarnos su realidad y preguntarnos qué sentimos y cómo actuamos al apegarnos a dicha creencia, podamos tener respuestas que no contengan miedo, tensión, conflicto o bloqueo, sino que impliquen apertura, confianza y paz. De no ser así, ¿para qué mantenernos en tales planteamientos? ¿Acaso porque queremos mantener la ilusión de control? ¿A costa de no sentirnos felices?

Obstinarse es una forma de agarrarse, de apegarse, y si te aferras a algo ya caduco, que ha perdido su sentido o que ha quedado demostrada su falsedad estás eligiendo una actitud que será un lastre para la evolución de tu conciencia. Y más aún, quedarás prendido de una idea, en el pasado, sin bajar a la experiencia del presente en el que podrías encontrar la posibilidad de hallar la verdad y crecer con ella. No podemos crecer si no renunciamos a lo que ya no nos sirve porque no estaremos dejando espacio para lo nuevo.

Estamos finalizando el año y puede ser una buena época para comprobar en qué medida estamos más cerca del bienestar que anhelamos. Y es un estupendo momento también, al menos para quienes mantenemos un sentido espiritual de las fiestas navideñas, de renovar nuestro compromiso con la esperanza, la inocencia, la paz y el continuo renacer en el amor y la hermandad. Desde esta intención hoy quiero compartiros algunos deseos cuya propósito entiendo que es el de facilitar el recorrido emocional desde el miedo hasta la confianza:

* Que podamos vivir el amor como el impulso que expande todo lo que es en vez de como la frontera que intenta poseer únicamente algunas parcelas de la realidad.
* Que sepamos vivir la libertad desde la voluntad de permitir que la realidad se renueve a cada instante.
* Que aprendamos a relacionarnos desde un profundo respeto por la semilla de plenitud que alberga cada aspecto de la realidad y desde un sentido de la comunicación que implique comunión, es decir, posibilidad de vibrar al unísono movidos por un propósito común.
* Que obtengamos el entendimiento que no llega con los juicios sino con el amor que todo lo abarca y por lo tanto lo comprende como parte de si mismo.
* Que alberguemos en nuestro corazón únicamente sueños que puedan ser compartidos en paz.
* Que nos movamos con inocencia tanto al dar como al recibir desde la convicción de que todo es digno de amor
* Que acertemos a mantenernos en una incesante disposición a reconocer que podemos estar equivocados y en una continuada motivación para volverlo a intentar, de nuevas maneras.

Creo que todo esto y más es posible y que en la esencia de todo lo que existe está la sabia mentalidad que nos puede guiar para tener conciencia de ello en cada instante de nuestras vidas. Gracias por haberme permitido, durante un año más, acercarme a vosotros y compartir mis pensamientos y mis mejores deseos. ¡Felicidades! ¡Es posible, somos capaces y nos lo merecemos!

Fuente: Pepa Arcay (la-llamada.com)

martes, 11 de diciembre de 2007

La candidez de la generosidad

La generosidad es la segunda de las Siete Virtudes Capitales.

Ella es el lado opuesto de la avaricia, porque ésta, en su afán inmoderado, busca siempre su propia complacencia, donde no hay más cabida sino para la persona misma.

Mientras que la generosidad, levanta su altar sobre las piedras de la filantropía y hace todos sus sacrificios teniendo en cuenta, el bienestar de la dicha ajena. Se dice que la palabra “generosidad”, la inventaron los romanos. Viene del término “Generosus” que se relaciona en primer lugar con algo "de buena raza" (genus / generis), y en segundo lugar, "prolífico", "fecundo".

Una combinación de ambas partes, nos hace ver cómo esta palabra se constituye en una virtud esencial para una raza, porque apunta hacia su calidad y abundancia de reproducción.

Y es que una persona generosa, va a actuar siempre de forma desinteresada a favor de otra. Un rostro lleno de alegría y una voluntad presta, sin importar el costo del esfuerzo, son las características visibles de aquel que siempre practica esta virtud.

La generosidad tiene la firme misión de hacerle la vida agradable a los demás. Un alma generosa tiene la tendencia a sacrificar sus propias gratificaciones para arrancar nuevas esperanzas en los que menos tienen.

Leon Tolstoi lo dijo así:

“No hay más que un modo de ser felices:
vivir para los demás”.

El mundo pareciera dividirse en dos tipos de personas: los que siempre esperan recibir y los pocos que están dispuestos a dar.

El primer grupo tiene la tendencia a prevalecer porque la naturaleza humana, insatisfecha de tantas necesidades, busca siempre colmar su hambre y sed de significado. Pero también es cierto que son muchos los que viven con la mano abierta esperando algo, porque sus almas egoístas y avaras no conciben la idea de practicar la magnanimidad. Sin embargo, no son los que reciben los "bienaventurados", sino los que dan.

La vida debiera ser toda una vertiente de generosidad. Para los que piensan que ya no tienen que ocupar ningún espacio en este mundo, la generosidad de un buen consejo, respaldado con una dosis de mucho ánimo, podrá cambiar el rumbo a esas vidas desorientadas.

Hay gente que vive sola y con mucha pena en su alma. Seamos generosos en darle nuestro amor y llenar de significado la soledad que les agobia. Son muchos los que se enfrentan a una penosa enfermedad; los que están recluidos en las paredes frías de alguna cárcel; los que enfrentan las secuelas de un divorcio; los que enfrentan la rebeldía de sus hijos; los que viven bajo el dominio de un vicio insuperable... Seamos generosos en darles una palabra de aliento, un abrazo de esperanza y una visible demostración de afecto a través de hechos, mientras transitan el camino de su aflicción.

Un alma generosa vivirá acompañada de otras virtudes que vienen acrecentar su propia felicidad.

Fuente: Vitaminas para el alma

lunes, 10 de diciembre de 2007

De rebeldes a genios

Historias de pésimos alumnos que, de adultos, llegaron a la genialidad. Reunidas por Jean-Bernard Pouy, Serge Bloch y Anne Blanchard en este libro (Catapulta), aquí, tres ejemplos icónicos: Graham Bell, Churchill y Dalí.

Alexander Graham Bell

Desafiado por su padre, a los 18 años Alexander se aboca junto a su hermano Edward a la construcción de un autómata parlante. Para estudiar la anatomía de la laringe, sacrificarán primero a su gato y luego comprarán la de un ternero a un carnicero. Con madera, un embudo y laminillas de caucho, logran que un maniquí grite: “¡Mamá!”. También tratan de hacer pronunciar a Found (“Encontrado”, en inglés), su perro, “aes” y “oes”, pero entienden que el porvenir no está en eso. En 1876, trabajando en un proyecto de oreja artificial para sordos, Bell logra transmitir, por codificación, la voz humana a lo largo de un cable eléctrico.

* * *


Qué puede hacer el tipo que tiene un abuelo fonoaudiólogo, un padre profesor de dicción, una madre sorda y que se casará con una sordomuda? Ring, ring. Inventará el teléfono.

Normal. Se llama Alexander Graham Bell y nace en Edimburgo, Escocia, en 1847. Su padre, Melville, sabía narrar cuentos muy bien, pero su madre no podía oírlos. Aclarado esto, digamos que igual era una artista. Pintaba miniaturas. Los Bell eran una familia unida, que siempre tocaban música, sacaban fotografías (ya) y montaban números de mímica.

A Alex no le gustaba la escuela, y prefería salir a pasear. Un día, “en el campo, había querido oír el murmullo del trigo que ondulaba. Fue a un gran terreno y se perdió. Aturdido, iba y venía en todos sentidos. La noche comenzaba a caer. ¿Dónde estaban sus padres? Llorando, se acostó con la oreja contra la tierra. El silencio se sucedía al ruido del viento. Sollozaba y estaba por dormirse cuando, ¡milagro! Oyó un ruido a lo lejos: «¡Alex! ¡Alex!», la voz sofocada de su padre que le traía la tierra”…

A los quince años, huye de un padre demasiado autoritario y va a Londres a reunirse con su abuelo, ex zapatero, ex actor y apuntador de teatro, ex profesor de dicción y fonoaudiólogo reconocido. El abuelo le deja hacer lo que se le ocurre. Juntos, declaman Shakespeare durante horas.

La felicidad dura tres años, hasta la muerte de ese viejo excéntrico. Alex vuelve a Edimburgo, se encuentra con su hermano Edward y no consigue entenderse mejor con su padre. Pero, gran felicidad, aquél desafía a sus dos hijos a que solos construyan un autómata parlante (...). Y los dos hermanos ponen manos a la obra, buscando saber cómo funcionan los órganos que sirven para hablar.

Alex sigue pensando en irse. Como grumete, por ejemplo. Pero no llega más que al norte de Escocia, a Elgin y, en lugar de izar las velas, enseña música y dicción en un pensionado de muchachos. ¡A los dieciocho años, casi la edad de sus alumnos! Después pasa por la vieja y respetable universidad de Bath y, por fin, llega a Londres, donde enseña a niños sordos. Durante todo ese tiempo, no abandona sus curiosas pasiones; incluso asistirá a operaciones quirúrgicas para comprender los misterios anatómicos del habla. También se apasiona por la electricidad e instala un telégrafo entre su casa y la de un amigo.

Perfecciona asimismo una invención de su propio padre, basada en la dicción de los 34 sonidos de base, para hacer pronunciar frases breves a cuatro niñitas sordas.

Pero, en 1870, él y su hermano caen gravemente enfermos de tuberculosis. Edward muere. Poco antes, “en un momento de fervor, se prometen que aquel de los dos que muera primero tratará de comunicarse con el otro desde el más allá”.

Entonces la familia parte hacia Canadá, donde el aire es más puro. En el barco, Alex lee con pasión una obra, Las sensaciones del sonido, que lo impulsa a imaginar el principio del teléfono. ¿Hola?

A partir de eso, bajo los cielos poco clementes de Ontario, Alex, ayudado por sus estudios sobre la voz, su interés por la propagación de las ondas eléctricas y, hay que decirlo, también impulsado por el amor (una joven sorda, Mabel), va a poner a punto el teléfono el 10 de marzo de 1876. Solo contra todos.

“El teléfono parlante de Bell”, escribía Gray, un rival desdichado, el 1º de noviembre de 1876, “es un lindo juguete para científicos, pero no tiene ningún interés comercial, no aporta nada más que el telégrafo”.

Caramba...

Bien visto. ¿Y el celular, entonces?

Winston Churchill

Cuando, en 1933, Hitler llega al poder en Alemania, Churchill ya desconfía. Pero los recuerdos de la Primera Guerra Mundial son omnipresentes: ingleses y franceses quieren evitar a cualquier precio otro conflicto, incluso si el precio que deben pagar es dejar que el dictador acapare Europa central. Cuando Hitler ataca a los checos, el gobierno inglés y el francés negocian con él. Hostil a esta actitud, Churchill les predice: “Habéis tenido la elección entre la guerra y el deshonor, habéis elegido el deshonor y tendréis la guerra”. En 1940, es nombrado primer ministro y pone a Gran Bretaña como “la muralla del mundo libre”, convirtiéndose él mismo en un símbolo de la resistencia frente a Hitler. Está dispuesto a luchar hasta la victoria, pero no puede prometer más que “sangre, sudor y lágrimas”.


* * *

Churchill es el bajito regordete, con el cigarro siempre en la boca, que, oponiéndose ferozmente a Hitler, sin duda salvó a su país, Inglaterra, con seguridad a Europa y tal vez al mundo entero.

Nacido en 1874, Winston es un hermoso bebé pelirrojo de excelente salud. (...) Su único problema, si se lo puede llamar así, es su familia aristocrática, al estilo británico. Su padre, lord Randolph, es político, y su madre, Jennie, una mujer de alta sociedad...Winston crece en un mundo cerrado donde, desde la edad de la razón (7 años), se prepara a los varones a ser admitidos, años más tarde, en las universidades más elegantes. Está programado para el must: Eton. Y no se le dio.

A los ocho años, lo arrancan de los brazos de su niñera Woom y lo envían a la escuela preparatoria de Ascot. “Contaba los días y las horas que me separaban del momento en que dejaría esa odiosa servidumbre para volver a casa y poner mis soldados en línea de batalla en el piso del cuarto de juegos”. Además, como encuentra la enseñanza a tal punto “presumida y con-vencional” no hace ningún esfuerzo: “Como ni mi razón, ni mi imaginación, ni mi inte-rés estaban excitados, no quería ni podía aprender”. Entonces, lo castigan a menudo y, en Inglaterra, los castigos duelen.

Felizmente, Woom, advirtiendo que Winston es azotado más que lo habitual, logra convencer a lady Jennie de que retire a su hijo de Ascot y se lo confíe a dos señoritas de Brighton pues ellas, pacientemente, a la antigua, lograrán poco a poco hacerlo trabajar. Y a fines de 3º ahí está, primero en griego y en latín.

Su padre, político, nunca está en casa, y Winston, para oír hablar de él, se pone a leer los diarios. La prensa y la actualidad se convierten en su pasión. Pero eso no basta para que sea admitido así nomás en Harrow, una universidad reputada que recibe a los que no son lo bastante “duros” para ir a Eton.

Cuando pasa el examen de ingreso, queda desconcertado: “Había escrito mi nombre en lo alto de la página. Luego había puesto el número de la pregunta: 1. Tras lo cual, después de una madura reflexión, puse el número entre paréntesis, lo que daba (1). Pero, tras eso, no tenía nada más que agregar que tuviera alguna relación con la pregunta. Un manchón y varias líneas de tinta corrida se agregaron accidentalmente a mi página. Me quedé dos largas horas contemplando ese triste espectáculo”.

Pero su apellido es suficientemente conocido para abrirle las puertas de Harrow. Incluso allí, sigue siendo un soñador: su dios es el poeta Byron, y, cuando no sueña, se rebela. Su madre recibe una carta donde se refieren a “retrasos, pérdida de libros y una negligencia fenomenal”. Su padre, escribe a su hijo que “su trabajo escolar es un insulto a su inteligencia”: ¿a la de él o a la de Winston? No lo sabremos jamás. Sin más argumentos, el padre incita a su hijo, que acaba de cumplir 15 años, a entrar en el ejército. Pero le harán falta tres tentativas para que lo reciban en la mejor escuela militar inglesa, Sandhurst. Sobre 389 candidatos, primero se ubica casi último, después 203º, luego, en 1938, 95º. Lo admiten. Tiene 19 años.

Cuando su padre muere, dejando a su familia al borde de la ruina, Winston está decidido: se lanzará a la política. Su madre, que ha guardado relaciones en el ámbito del poder, lo ayudará lo más posible. Entre tanto, debe hacer su camino en el ejército, en la caballería. Como los ingleses están en todas partes del mundo, Winston va primero a la India, donde se aburre y devora Vidas paralelas contadas por un viejo romano.

Luego son Egipto, Sudán y Africa del Sur, para trompearse con los boers, esos descen-dientes de colonos holandeses que tratan de echar a los ingleses. Aprovecha para escribir numerosos artículos y un primer libro lleno de faltas de ortografía, que tiene un cierto éxito.

En fin… en 1900, justo a los veintiséis años, Churchill es elegido diputado. “El éxito es ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”, dijo. Y no es falso: en 1945, en Yalta, se repartía el mundo con Stalin y Roosevelt.

Salvador Dalí

En París, Dalí frecuenta al escritor André Breton y adhiere al movimiento surrealista, del que también formaban parte Man Ray, René Magritte y Tristán Tzara. Sostenían que para crear había que liberarse del razonamiento y de la lógica. Recordar sus sueños era para ellos una fuente de inspiración esencial. Dalí colabora con Luis Buñuel en los films surrealistas Un perro andaluz y La edad de oro, desafíos a la moral, el buen gusto y la Iglesia, que provocan un escándalo. Dalí se enojará más tarde con Breton, que lo apodará “Avida Dollars”, anagrama que remite a la afición de Dalí por el dinero.


* * *

Salvador Felipe Jacinto, el más grran genio cossmogónico y parranoico del Univerrso, nació en Figueras, Cataluña, el 11 de mayo de 1904. “Mis padres me bautizaron Salvador. Tal como ese nombre lo indica, estaba destinado a salvar nada menos que la pintura de la nada del arte moderno, y eso en una época de catástrofes, en este universo mecánico y mediocre en el que tenemos la desgracia y el honor de vivir.”

Salvador lleva el nombre de un hermano mayor, que acaba de morir de una meningitis. “Mi padre y mi madre no encontraron consuelo hasta mi llegada al mundo. Me parecía a mi hermano como se parecen dos gotas de agua: los mismos rasgos de genio, la misma expresión de inquietante precocidad.”

Sus padres hablan francés, gravitan en el gran mundo del arte. El padre es muy autoritario, pero eso no traumatiza a Dalí: “Me hice pis en mi cama hasta los 8 años por puro placer. Nada era demasiado bello para mí. Mi padre y mi madre me idolatraban”. “A los seis años quería ser cocinero, a los siete Napoleón…”, declarará de adulto. Ahora la escuela… Aunque aprende francés a los 6 años, ese “genio” no brilla ni en primaria ni en el liceo. Es que, ya fascinado por las formas y las imágenes, tiene mejores cosas que hacer: dibuja y pinta. En el taller que se ha armado, se deja llevar por su imaginación… “En el curso de mis interminables y agotadoras ensoñaciones, mis ojos seguían sin descanso las vagas irregularidades de las siluetas mohosas del techo y veía emerger, de ese caos que era tan informe como las nubes, imágenes que se volvían progresivamente más concretas y que estaban provistas gradualmente de una personalidad cada vez más precisa, detallada y realista.”

[...] En pintura, Salvador es rápido, casi un trastornado: inscripto a los 12 años en la escuela municipal de dibujo, participa en su primera exposición a los 15 años. A los 16 declara que quiere vivir de su talento: será así. Y se disfraza de artista: “Me había dejado crecer el cabello como el de una muchacha y, al contemplarme delante de los espejos, me encantaba adoptar la pose y la mirada melancólica de Rafael en su autorretrato…”.

Sus obras ya se destacan y su padre lo envía a Madrid, a la Academia de Bellas Artes, donde lo admiten a los 17 años, el año de la muerte de su madre.

El joven Salvador pronto forma parte de la vanguardia española. Y en la década de 1920 están allí esos benditos jóvenes: el cineasta Luis Buñuel, el poeta García Lorca, de quien Dalí será amigo bastante tiempo (más adelante, se la pasará peleando con sus amigos). Tiene ideas políticas muy categóricas y vagamente revolucionarias. De golpe, es excluido por un año de la academia y, de vuelta a su casa, en Figueras, es arrestado por la Guardia Civil, sin duda con el apoyo de su padre asustado. “Ha-blaba sin cesar de anarquía, de monarquía, esforzándome en casarlos, y logrando la con-fusión general de la gente…” A los 20 años, se convierte en una vedette local: “Sus imaginaciones hambrientas reclamaban ideas que sólo yo podía aportarles. Me aclamaban, me cuidaban, me malcriaban: me había convertido en su divinidad…”.

(...)En 1926 va a París, donde conoce a Picasso; después a los Países Bajos, donde descu-bre a Vermeer y El Bosco. Ya en España, se hace expulsar, definitivamente, de Bellas Artes, tras declarar al jurado “incompetente”. Se burla de eso porque en Cadaqués, su querido pueblo de pescadores, conoce al gran pintor Miró, hace decorados de teatro, pinta temas cada vez más asombrosos: asnos podridos, manos cortadas… Estamos en 1929 y Salvador tiene 25 años. De vuelta en París, entra en contacto con el grupo de los surrealistas (ver recuadro). Entre ellos, al poeta Paul Eluard, a cuya mujer, Gala, seduce y rapta como un verdadero Romeo.

A lo largo de su carrera, dirá todo y lo contrario, a hacer de payaso, de genio, de cretino, de místico, de insoportable, de filósofo y a tomarse por jefe de estación (declara que la de Perpiñán es el centro del mundo), seguirá fiel a dos cosas: el arte y Gala.
Fuente: LANACION.com

Citas de las enseñanzas de Don Juan

El poder reside en el tipo de conocimiento que uno posee. ¿Qué sentido tiene conocer cosas inútiles? Eso no nos prepara para nuestro inevitable encuentro con lo desconocido.

Nada en este mundo es un regalo. Lo que ha de aprenderse debe aprenderse arduamente.

Un hombre va al conocimiento como va a la guerra: bien despierto, con miedo, con respeto y con absoluta confianza. Ir de cualquier otra forma al conocimiento o a la guerra es un error, y quien lo cometa puede correr el riesgo de no sobrevivir para lamentarlo.

Cuando un hombre ha cumplido estos cuatro requisitos estar bien despierto, y tener miedo, respeto y absoluta confianza no hay errores por los que deba rendir cuentas; en tales condiciones, sus acciones pierden la torpeza de las acciones de un necio. Si un hombre así fracasa o sufre una derrota, no habrá perdido más que una batalla, y eso no le provocará lamentaciones lastimosas.

Ocuparse demasiado de uno mismo produce una terrible fatiga. Un hombre en esa posición está ciego y sordo a todo lo demás. La fatiga misma le impide ver las maravillas que lo rodean.

Cada vez que un hombre se propone aprender tiene que esforzarse como el que más, y los limites de su aprendizaje están determinados por su propia naturaleza. Por tanto, no tiene sentido hablar del conocimiento. El miedo al conocimiento es natural; todos lo experimentamos, y no podemos hacer nada al respecto. Pero por temible que sea el aprendizaje, es más terrible la idea de un hombre sin conocimiento.

Cualquier cosa es un camino entre un millón de caminos. Por tanto, un guerrero siempre debe tener presente que un camino es sólo un camino; si siente que no debería seguirlo, no debe permanecer en él bajo ninguna circunstancia. Su decisión de mantenerse en ese camino o de abandonarlo debe estar libre de miedo o ambición. Debe observar cada camino de cerca y de manera deliberada. Y hay una pregunta que un guerrero tiene que hacerse, obligatoriamente: ¿Tiene corazón este camino?

Todos los caminos son lo mismo: no llevan a ninguna parte. Sin embargo, un camino sin corazón nunca es agradable. En cambio, un camino con corazón resulta sencillo: a un guerrero no le cuesta tomarle gusto; el viaje se hace gozoso; mientras un hombre lo sigue, es uno con él.

Existe un mundo de felicidad donde no hay diferencia entre las cosas porque en él no hay nadie que pregunte por las diferencias. Pero ése no es el mundo de los hombres. Algunos hombres tienen la arrogancia de creer que viven en dos mundos, pero eso es pura arrogancia. Hay un único mundo para nosotros. Somos hombres, y debemos transitar con alegría el mundo de los hombres.

El hombre tiene cuatro enemigos naturales: el miedo, la claridad, el poder y la vejez. El miedo, la claridad y el poder pueden superarse, pero no la vejez. Su efecto puede ser pospuesto, pero nunca vencido.

Autor: Citas extraídas de las Enseñanzas de Don Juan de Carlos Castaneda

jueves, 6 de diciembre de 2007

No ignores la tristeza

Ábrele espacio para que respire.
La tristeza es un hueco en el amor.
Una fuga transitoria de energía.
Un camino hacia uno mismo.
La revisión profunda de algún espacio roto.
No ignores la tristeza.
Pues toda emoción es necesaria y conveniente.
La tristeza te ayuda a detenerte temporalmente.
A alejarte de todo lo mundano.
Te deja en la puerta de un nuevo comienzo.
Reconócela.

No la confines a un espacio muerto.
No la encierres bajo llave.
No permitas que se entierre.
No la disfraces con mentiras lindas.
No ignores la tristeza.
Escucha su mudez, siente su calma.
Ella no pretende avergonzarte.
No todos los días son soleados.
Todo tiene un lado débil.
No ignores la tristeza.
Permítele que hable en su dialecto.
Que te conduzca hasta el final de la bajada.
Y cuando vuelva la otra fase de la Luna
el rayo de luz traspasará el prisma
y volverá a encenderse de colores tu alegría.
No ignores la tristeza.
Todas tus emociones son importantes y necesarias.
No siempre estarás en el lado fuerte.
Expresa lo que sientes.
Pronto volverás a estar alegre.

Fuente: Autor desconocido

viernes, 30 de noviembre de 2007

El cansancio de vida

¿Quién no ha sentido en algún momento de su vida tristeza, amargura o resentimiento?

Nadie escapa a estos sentimientos, y el sentirlos de vez en cuando es normal, es parte de nuestra naturaleza humana.

Llorar, es bastante sano, cuando se trata de un acontecimiento eventual, el llanto es parte de la liberación.

Pero...

¿qué pasa cuando estas emociones quedan alojadas en nuestro corazón de manera permanente?, ¿cuando el dolor, la amargura y la tristeza representan nuestra propia personalidad?

Hoy en día los males provenientes del corazón son muy comunes; los rompimientos familiares, la frustración, la represión, el fracaso y lo que llamaríamos "el cansancio de vida" se apodera de nosotros, cuando vemos que a pesar de nuestro esfuerzo, las cosas "nunca funcionan", "todo nos sale mal" porque "la vida ha sido muy injusta con nosotros".

Es entonces cuando el resentimiento, la autocompasión y la tristeza, pueden quedar instalados, en nuestro corazón de manera permanente.

Esta actitud hace que todo en la vida lo veamos a través de un "cristal empañado", es decir, nuestra perspectiva de vida se torna gris, ya no vemos la belleza de la vida, los buenos momentos se vuelven indiferentes ante nosotros, dejamos ir oportunidades y empezamos a crear una realidad falsa al creer que "nadie nos quiere" o "todos quieren hacerme daño", nuestra visión actúa y distorsiona todo desde nuestro cristal empañado.

El guardar por mucho tiempo esta actitud o este sentimiento, además de prolongar nuestro sufrimiento, nos trae como consecuencia enfermedades derivadas de "un corazón triste"

Ningún medicamento, dieta o ejercicio pueden evitar o curar enfermedades si no nos conectamos con la alegría de vivir, con el amor a la vida.

La alegría es la única medicina para un corazón que revive constantemente en su presente las heridas del pasado. Sin la alegría, nuestra vida se frena, nuestros pasos se alentan, ya no queremos saber de nada.

Estamos tan deprimidos y con un constante dolor de piernas, que ya no podemos dar un paso más.

Sufrimos también a causa de nuestra soledad por tener nuestro corazón cerrado al amor.

No sabemos darlo, mucho menos recibirlo.

Seguimos sufriendo porque las pastillas no son suficientes para un corazón que frena el amor, que lo tiene por esencia, pero no lo deja salir (se ahoga y se asfixia hasta morir).

Fuente: Semillas de Vida

Para reflexionar

Recibirás un Cuerpo.
Puede gustarte o no, pero será tuyo durante todo el tiempo que estés aquí.

Aprenderás Lecciones.
Estas inscripto en una escuela informal de tiempo completo llamada vida.
En esta escuela cada día tendrás la oportunidad de aprender clases. Es posible que las lecciones te gusten o que te parezcan irrelevantes y tontas.

No Hay Errores, Sólo Lecciones.
El crecimiento es un proceso de prueba y error: es una experimentación.
Los experimentos fallidos forman parte del proceso en igual medida que el experimento que funciona bien.

Las Lecciones no Tienen Fin.

No hay nada en la vida que no contenga sus lecciones. Si estás vivo, siempre tendrás algo para aprender.

"Allí" no es Mejor que "Aquí".
Cuando tu "Allí" se convierte en un "Aquí", simplemente tendrás otro "Allí" que de nuevo parecerá mejor.

Los Otros no son más que tus espejos.
No puedes amar u odiar algo en otra persona, a menos que refleje algo que amas u odias en ti mismo.

Lo que haces de tu vida depende de ti.
Tienes todas las herramientas y los recursos que necesitas.
Lo que hagas con ellos depende de ti.
La decisión es tuya.
Tus respuestas están dentro de ti.
Las respuestas a las interrogantes de la Vida,
están en tu interior.
Todo lo que debes hacer es mirar, escuchar y confiar.

Olvidarás todo esto... Pero siempre que quieras, podrás recordarlo.

Fuente: Anónimo.

Cada día nos ofrece un motivo de GRATITUD

La gratitud es un sentimiento agradable, a la vez que tierno, de calor, de simpatía y de deuda hacia otra persona; porque esa persona, nos ha tratado con una amabilidad o con una generosidad inesperada.

Algunas veces el sentimiento de Gratitud es más sutil. Puede ser un sentimiento delicado de agradecimiento hacia la naturaleza, el universo o un ser supremo, como reacción ante algún placer pequeño, que otra persona podría no percibir siquiera.

La Gratitud puede significar también la vivencia privada de placer (unas veces sutil, otras veces intenso) que se produce cuando hemos sido recompensados de algún modo, ya sea por las circunstancias o por otra persona.

La gratitud, es la virtud por la cual, una persona reconoce, interior y exteriormente, los regalos recibidos y trata de corresponder en algo por lo que recibió. Esencialmente, la gratitud consiste de una disposición interior, un corazón agradecido, pero cuando es genuino trata, de alguna forma, de expresarse en palabras y en obras.

Dale un empujón a tu vida, agradeciendo cada nuevo día.

Al despertarte y antes de hacer ninguna otra cosa, detente y enumera tus bendiciones. Luego descubre algo especial en ese día, algo por lo cual puedas sentirte agradecido.

Es una excelente manera de encarar cada día con una percepción positiva y además, genera una enorme diferencia a lo largo de toda la jornada.

Ser realmente agradecido, en forma constante y regular, te mantendrá en contacto con tu más fuerte potencial. Te permitirá descubrir oportunidades y poner en juego recursos que de otra manera habrían permanecido ocultos u olvidados.

Mantener una actitud de agradecimiento te mantendrá conectado con las cosas valiosas de tu vida. Y ello, sin lugar a dudas, agregará valor a cada instante de tus días.

En tu vida hay muchas cosas buenas.

Es recomendable agradecerlas y disfrutarlas a pleno.

Haciéndolo, esas cosas positivas se fortalecerán más aún. Comienza cada uno de tus días, enumerando tus muchas bendiciones. De esa manera atraerás hacia ti muchas más.

¿De dónde viene este sentimiento, cómo crear gratitud?

El sentimiento de gratitud llega al mirar tu mundo de la mejor manera: con bondad, paciencia y perdón.

El estado espiritual de agradecimiento llega naturalmente, al valorar a la gente y a las cosas en tu vida. El sentimiento de gratitud es algo que tú puedes aprender y hacer crecer.

Detente, acércate y percibe el perfume de las rosas. Tú no puedes estar agradecido por algo que no notas o que no disfrutas. Necesitas inclinarte y apreciar a los seres y a las cosas que te acompañan, que te rodean.

No es necesario ignorar la fealdad en el mundo, pero es imprescindible concentrarse en lo bueno, en lo positivo, en los seres queridos, en los amigos, en tú mismo, en lo que posees -aunque sea poco-.

Dar gracias es inherente a la verdadera apreciación.

Piensa y reflexiona continuamente, en aquello bueno que te ha pasado. Observa lo agradable que se desarrolla y toma forma en tu vida, porque aun en medio de las tragedias, que todos en algún momento enfrentamos; siempre hay un hilo de luz, algo o alguien por quien sonreír.

Cuando el contar tus bendiciones, se vuelve un hábito diario, la gratitud te permitirá una experiencia mas enriquecedora de la existencia.

Fuente: Anonimo

lunes, 26 de noviembre de 2007

Cuando naces...

Cuando naces y tienes la suerte que te enseñen
los primeros pasos hacia el entender y comprender
de las cosas es una bendición.
Y si te enseñaron a usar lo llamado \"CURIOSIDAD\"
que cuando niño repites hasta el cansancio;
\"¿POR QUÈ ?\"..., \"¿POR QUÉ ?\"..., \"¿POR QUÉ ?\",
y siendo grande tienes vergüenza de averiguar...,
ya no preguntas...,
escondes tu curiosidad...,
crees que si preguntas te dirán ignorante,
se acabó tu crecimiento,
ya no hay incógnitas en tu vida,
te dejas llevar por los que otros dicen,
es mas fácil decir; \"no lo entiendo\", pero lo hago,
no comprendes ni diferencias nada,
lo haces..., ¡¡ porque lo demás lo hacen !!
aún cuando esto sea peligroso para tu salud o alma,
¡¡ pasaste a ser una mas del montón !!.
Hoy quisiera que te rebeles,
que rompas ese círculo vicioso,
que siempre preguntes;
\"¿POR QUÉ ?\"..., \"¿POR QUÉ ?\"..., \"¿POR QUÉ ?\",
porque así volvererías a usar tu raciocinio
tu mente se enriquecería con \"SABIDURÍA\".
\"¿ PARA QUÉ...,?\"
para diferenciar las cosas buenas y malas
que marcan tu vida,
para que no seas una más del montón,
porque eres única,
tu capacidad hará la diferencia.
\"¿ POR QUÉ ?\"
Hoy puedes:
Crecer regiendo tu propia vida.
¡¡Gracias Rafael por enviarme este precioso texto!!

domingo, 11 de noviembre de 2007

El vuelo del halcón

Un rey recibió como obsequio dos pequeños halcones y los entregó al maestro de cacería para que los entrenara. Después de unos meses, el maestro le informó al rey que uno de los halcones estaba perfectamente pero que al otro no sabía que le sucedía, no se había movido de la rama en la que lo depositó el día que llegó.

El rey mandó llamar a curanderos y sanadores para que vieran al halcón, pero nadie pudo hacer volar al ave.

Encargó entonces la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió. Al día siguiente, el monarca pudo observar desde la ventana de sus aposentos que el ave aún continuaba inmóvil. Entonces decidió comunicar a su pueblo que ofrecería una recompensa a la persona que hiciera volar al halcón. A la mañana siguiente vio, sorprendido, al halcón volando ágilmente por los jardines.

El rey le dijo a su chambelán que trajera a su presencia al autor de ese milagro. Al poco, apareció ante él un campesino. El rey le preguntó:

-¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres mago?
Intimidado, el campesino le contestó:
-Fue fácil, mi Señor, solo corté la rama y el halcón voló, se dio cuenta que tenía alas y se puso a volar.

-------------------------

¿Sabes que tienes alas? ¿Sabes que puedes volar? ¿A qué te estás agarrando? ¿De qué no te puedes soltar? ¿Qué estás esperando para volar?

No puedes descubrir nuevos mares... a menos que tengas el coraje para volar.

Vivimos dentro de una zona de comodidad, donde nos movemos y creemos que eso es lo único que existe. Dentro de esa zona, está todo lo que sabemos, y todo lo que creemos. Viven nuestros valores, nuestro miedos y nuestra limitaciones. En esa zona reina nuestro pasado y nuestra historia. Todo lo conocido, cotidiano y fácil. Es nuestra zona de confort y por lo general, creemos que es nuestro único lugar y nuestro posible único modo de vivir. Tenemos sueños, queremos resultados, buscamos oportunidades... pero no siempre estamos dispuestos a correr riesgos, no siempre estamos dispuestos a transitar caminos difíciles.

Nos conformamos con lo que tenemos, creemos que es lo único y posible, y aprendemos a vivir desde la resignación.

Los logros los empezamos a adquirir cuando aprendemos a ampliar nuestra zona de comodidad, cuando estamos dispuestos a correr riesgos, cuando aprendemos a caminar en la cuerda floja y a levantar la vara que mide nuestro potencial.

Para ello hay que tener suficiente seguridad en sí mismos como para permanecer solos; coraje para tomar decisiones difíciles; audacia, para transitar hacia lo nuevo con pasión y ternura suficiente como para escuchar las necesidades de los demás. Eso es calidad de acción e integridad de intentos.

Fíjate en las águilas, no vuelan en bandadas... las encuentras cada tanto y volando solas.
Nadie vendrá a rescatarte, nadie cortará tu rama. Tú eres el mago. Tu futuro está en tu manos. Sólo necesitas comenzar...

  • Comenzar por tener un sueño, y comprometerse con él.
  • Tener confianza en ti mismo y saber que el éxito no aparece por casualidad.
  • Tener serenidad para aceptar las cosas que no se pueden cambiar. Valor para cambiar las cosas que sí se puede. Sabiduría para distinguir la diferencia.
  • Saber que nada permanece, que lo único permanente es el cambio.
  • Saber delegar en los demás parte de tu tarea.
  • Equivocarse, caer y volver a levantarte sin darte por vencido mirando siempre adelante.
  • Reconocer y disfrutar tus propios logros.
  • Reconocer tus equivocaciones y saber perdonarte.
  • Reconocer que detrás de cada acierto, pueden venir fracasos.
  • Enamorarte de lo que haces y ser consciente que estás eligiendo a cada momento.
  • Vivir aquí y ahora con toda intensidad, reconociendo tus propias debilidades y fortaleza.
  • Disfrutar de cada momento.
  • Actuar siempre con entusiasmo y transitar por caminos desconocidos, intentando hacer algo que nunca hiciste.
  • Procurarte tu tiempo libre.
  • Ser positivo.
  • Vivir con los ojos y el corazón abiertos para ver la oportunidad.
  • Desarrollar la creatividad, utilizar la imaginación.
  • Hacer las cosas lo mejor posible, pero aceptando tus limitaciones.
  • Dar el justo valor a las cosas, sin complicar lo que es sencillo.

¡Vivir es arriesgar!

Fuente: Autor desconocido

martes, 6 de noviembre de 2007

Aprender


Aprender es descubrir.
Aprender es no saber.
Aprender es sorprenderse por el mundo de infinitas posibilidades.
Aprender es abrir los ojos y darnos cuenta de lo que antes no veíamos y ahora vemos.
Aprender es encontrar otras maneras, otras maneras de ver, pensar, oír, interpretar.
Aprender es decir NO SÉ.
Aprender es sentir diferente, diferente a lo que hoy conocemos.
Aprender es conocer nuevos mundos, nuevos paradigmas.
Aprender es romper las estructuras, para ver que hay detrás o que hay dentro.
Aprender es tirarnos al vacío con la confianza que desplegaremos nuestras alas para volar.
Aprender es jugarnos.
Aprender es volar.
Aprender es dejarnos llevar por nuevas sensaciones.
Aprender es dejar fluir nuestras emociones.
Aprender es soltar.
Aprender es sentir temor y cosquillas en el estómago.
Aprender es arriesgar.
Aprender es quedarnos desconcertados al descubrir que podíamos.
Aprender es seguir sorprendiéndonos de todo el universo que se encuentra en nuestro interior.
Aprender es adquirir nuevos recursos .
Aprender es abrir los brazos a una nueva identidad.
Aprender es crecer.
Aprender es trascender.
Aprender es llenarnos de nuevas preguntas.
Aprender es entusiasmo.
Aprender es saborear cada instante como si fuera el último.

Me declaro una eterna aprendiz de esta vida.
¡Cuántos mundos desconocidos esperan por mi!
¡Allá voy!

¿Qué es el coaching ontológico?

Según Peter Senge, en La Quinta Disciplina,
“El verdadero aprendizaje llega al corazón cuando se descubre lo que significa ser humano. A través del aprendizaje nos re-creamos a nosotros mismos”.
El coaching ontológico es un acercamiento al coaching que llega al corazón de lo que significa ser humano.

La palabra ontología significa estudio del ser. El coaching ontológico se trata sobre coaching un modo de ser, esto significa producir mayores cambios la en percepción y el comportamiento. El rendimiento y la efectividad son moldeadas por un modo de ser.

Un modo de ser es visto como tres esferas de la existencia humana relacionadas entre sí. Estas esferas son: el lenguaje, las emociones y la fisiología (la postura del cuerpo).
Podemos entender al modo de ser como la realidad interna en la cual vivimos, y que especialmente, incluye la relación que tenemos con nosotros mismos. Es a través de esta realidad interna que formamos nuestra visión del mundo externo y, según ella, nos movemos en él.

La metodología del coaching contiene un gran set de herramientas para observar y cambiar los modos de ser. Ésta puede ser dividida en tres “Kits de herramientas”: del lenguaje, de las emociones, y del cuerpo.

La metodología se basa en una nueva comprensión del lenguaje y la comunicación, y fue desarrollada hacia fines del siglo XX. La esencia de esta nueva comprensión es que:
1) El lenguaje consiste tanto en el hablar como en el escuchar, y
2) El lenguaje es fundamental en la realidad creadora.

El lenguaje es considerado como la herramienta tecnológica humana más importante. Es usado para producir resultados y generar realidades. La gente actúa (se comporta) según cómo está formada la realidad para ellos.
El liderazgo efectivo, management, el coaching y las conductas grupales dependen fundamentalmente de cómo las personas utilizan el lenguaje. Qué se ha hecho, y cuán bien se ha hecho, difieren en cómo las personas han, o no, utilizado el lenguaje.
Fuente: sabiduria.com

Las organizaciones en aprendizaje

PETER SENGE: La Quinta disciplina

Este es un extracto de las principales ideas sobre competitividad de las organizaciones, expuestas por el autor Peter Senge en conferencias ante diferentes audiencias durante los últimos años.

La primera pregunta que se nos antoja hacer ante un encabezado como el anterior sería: ¿Qué es una organización en aprendizaje?. La respuesta que nos ofrece Senge es que éste sería el adjetivo que podríamos utilizar para describir a una organización o empresa que, de manera continua y sistemática , se embarca en un proceso para obtener el máximo provecho de sus experiencias aprendiendo de ellas. En el mismo sentido, la siguiente pregunta que nos haríamos sería: Y, ¿Qué aprende?. Para responderla el autor prefiere hacerlo partiendo de la descripción de lo que es una empresa tradicional, ya que resultará más fácil para nosotros reconocer este tipo de organizaciones.

Para el autor, lo contrario a una "Organización en Aprendizaje" es una organización de tipo tradicional fincada en mecanismos rígidos de control y que funciona en base a ciertos métodos y conocimientos que ha ido adquiriendo a través de los años, ya sea por experiencias personales o bien imitando a otras empresas u organismos más grandes que han tenido éxito. Este tipo de organizaciones esencialmente reproducen lo que ya saben, abriéndose en ocasiones, a algunas novedades, las que en cierta medida deforma para poder incorporarlas a su modo de funcionar.

Como no confía en las capacidades de sus empleados ni en su grado de compromiso con la empresa y su responsabilidad, diseña mecanismos de control, sofisticados o burdos, que se estructuran de manera jerárquica vertical, formando una pirámide en cuya cima se toman todas las decisiones.

El problema para este tipo de organizaciones es que continuamente enfrentan a dos "enemigos". El primero es la realidad actual en que viven las empresas, la cual es cada día más compleja; y el segundo, es la empresa misma, la que para enfrentarse con dicha complejidad se vuelve ella misma cada vez más compleja. El resultado que se obtiene es el deterioro gradual o acelerado de sus niveles globales de calidad, de productividad y de la moral y vida misma de la organización.

Por el contrario, una organización en aprendizaje es aquella que se basa en la idea de que hay que aprender a ver la realidad con nuevos ojos, detectando ciertas leyes que nos permitan entenderla y manejarla. Este enfoque considera que todos los miembros de la organización son elementos valiosos, capaces de aportar mucho más de lo que comúnmente se cree. Son capaces de comprometerse al 100% con la visión de la empresa, adoptándola como propia y actuando con total responsabilidad. Por lo tanto, son capaces de tomar decisiones, de enriquecer la visión de la organización haciendo uso de su creatividad, reconociendo sus propias cualidades y limitaciones y aprendiendo a crecer a partir de ellas. Son capaces de trabajar en equipo con una eficiencia y una creatividad renovadas.

La Organización en Aprendizaje busca asegurar constantemente que todos los miembros del personal estén aprendiendo y poniendo en práctica todo el potencial de sus capacidades. Esto es, la capacidad de comprender la complejidad, de adquirir compromisos, de asumir su responsabilidad, de buscar el continuo auto-crecimiento, de crear sinergias a través del trabajo en equipo.

LAS CINCO DISCIPLINAS DEL APRENDIZAJE CONTINUO

1. Desarrollar la Maestría Personal

Esta consiste aprender a reconocer nuestras verdaderas capacidades y las de la gente que nos rodea. Solo si conocemos quiénes somos en realidad, que queremos y que es lo que somos capaces de hacer, tendremos la capacidad para identificarnos con la visión de la organización, de proponer soluciones creativas, y de aceptar el compromiso de crecer cada vez más junto con la organización.

2. Identificar y Desarrollar nuestros Modelos Mentales

Nuestras formas de pensar o modelos inconscientes (paradigmas), en ocasiones restringen nuestra visión del mundo y la forma en que actuamos. Para descubrirlos debemos voltear el espejo hacia nuestro interior y descubrir todos esos conceptos que nos gobiernan desde dentro.

Conocer y manejar nuestros modelos o paradigmas nos permitirá promover formas de comunicación claras y efectivas dentro de la empresa, que sean un apoyo para el crecimiento y no un obstáculo.

3. Impulsar la Visión Compartida

La clave para lograr una visión que se convierta en una fuente de inspiración y productividad para la empresa es que todos los miembros de la organización aprendan a descubrir en sí mismos la capacidad de crear una visión personal que de sentido a su vida y a su trabajo, que apoye la visión central propuesta por el líder. Todas las visiones personales van alimentando la gran visión de la organización, y cada uno siente en ella una conexión intima que lo impulsa a dar todo de si para convertirla en realidad.

4. Fomentar el Trabajo en Equipo

El crear y fortalecer a los equipos de trabajo se centra fundamentalmente en el diálogo, en pensar juntos para tener mejores ideas. En el interior de los grupos se dan infinidad de relaciones inconscientes que van determinando la calidad del diálogo, tales como: mecanismos de auto-defensa, sentimientos de inferioridad o superioridad, deseos de complacer al superior, etc. Todos estos mecanismos funcionan bajo patrones que debemos aprender a reconocer y manejar para reconocer los obstáculos cuando están a punto de aparecer, permitiendo que florezca en todo momento la inteligencia del grupo.

5. Generar el Pensamiento Sistémico

Esta quinta disciplina nos ayuda a pensar en términos de sistemas, ya que la realidad funciona en base a sistemas globales; Para ello es necesario que comprendamos como funciona el mundo que nos rodea.

Para reducir nuestro grado ansiedad en relación a la complejidad del mundo, desde pequeños se nos enseña a aislar los elementos que integran la realidad, asignando siempre una causa a cada efecto en cadenas más o menos complejas. Por ejemplo, tomemos el caso de un niño que lanza una piedra y rompe un vidrio ¿Por qué se rompió el vidrio?, muchos contestarán que porque un niño tiró una piedra y todos quedan conformes con esta explicación. A este tipo de pensamiento se le llama de "explicación lineal o pensamiento lineal". En un extremo encontramos la causa y en el opuesto el efecto.

La esencia de la quinta disciplina consiste en un cambio de perspectiva de las situaciones que vivimos para poder identificar las interrelaciones en lugar de asociarlas a cadenas lineales de causa - efecto. Es necesario ver los procesos de cambio que se generan, en vez de las imágenes instantáneas que se producen.

Para entender de mejor manera este concepto, revisemos de manera sucinta los principales elementos de la Teoría General de Sistemas.

Existen algunos elementos claves del pensamiento sistémico, entre los cuales tenemos:

* Los sistemas se dividen a su vez en sub-sistemas (lo que existe dentro del sistema) y supra-sistema (el universo en el que se desenvuelve el sistema).

* Los sistemas cuentan con fronteras definidas (los límites del sistema) y están provistos de sensores con los que percibe su medio ambiente.

* Cualquier tipo de sistema tiene como su principal propósito la equi- finalidad. Es decir, todos los elementos que lo integran funcionan en base a alcanzar el mismo objetivo o finalidad.

* Los sistemas generan la sinergia entre sus partes. Donde la suma de 2+2 > 4. O bien, donde la suma total siempre será mayor a la suma de sus partes. A esta característica se le llama también de *retroalimentación de refuerzo. La retroalimentación de refuerzo permite que el sistema objeto de estudio acelere su crecimiento o su caída (como en el caso del pánico financiero que se produce en los mercados) creando un efecto de "bola de nieve" hasta cierto límite, donde comienza a producirse la retroalimentación de equilibrio, que tiende a conservar un cierto estado de cosas (para bien o para mal).

* Los sistemas cuentan con un elemento regulador de sus procesos para mantener su equilibrio, llamado de homeóstasis u homeostásis o de *retroalimentación de equilibrio.

* Todo sistema cuenta dentro de si con un mecanismo de demora o de espera. Este elemento, se refiere a que siempre existe un lapso de tiempo entre una causa y el efecto deseado. Si llegamos a comprender este fenómeno podemos manejarlo; si no, puede acarrearnos grandes dificultades.
* Se habla de retroalimentación o realimentación (feedback), debido a que al tratarse de relaciones circulares, cada efecto es a su vez causa de otro efecto.

La clave para comprender los procesos de retroalimentación y demora es entender que bajo las apariencias siempre existe un sistema independiente que se desarrolla según sus propias leyes, y que mientras más tratemos de atacar los síntomas superficiales sin prestar atención a lo que ocurre en el fondo, más energía estaremos gastando en vano.

UN NUEVO ENFOQUE EN EL CONCEPTO DE LIDERAZGO

Como conclusión podemos decir que en una organización en aprendizaje los lideres son diseñadores, guías y maestros; son los responsables de construir una organización donde la gente constantemente expanda sus capacidades para entender la complejidad de la realidad, aclarar la visión personal y empresarial y mejorar los modelos mentales compartidos. Son asimismo, responsables de diseñar mejores procesos de aprendizaje por medio de los cuales la gente pueda enfrentar de manera productiva las cuestiones o situaciones críticas a las que se enfrenta y desarrollar la maestría en las cinco disciplinas.


Fuente: Alberto Nuñez Mendoza

Los 5 principios del Reiki

Lo primero que deben aprender aquellos que recién se inicien en el estudio del Reiki es que: antes de comenzar a hacerte cargo de tu propia curación, primero deberás aprender a tranquilizar tu mente. Necesitarás conocer tu propio espacio sagrado antes de trabajar en alguien más, y el mejor modo de lograrlo es dejar que fluya.

Sólo por hoy, dejaré ir la ira
Sólo por hoy, me liberaré de toda preocupación
Sólo por hoy, daré gracias por mis muchas bendiciones
Sólo por hoy, haré mi trabajo honestamente
Sólo por hoy, seré amable con mi vecino y con cualquier cosa viviente

Este es un poderoso y pacífico modo de relajación, y nos hace ver que no hay otro momento que este. No hay pasado, ya se ha resbalado y no eres capaz de cambiarlo. No hay futuro, no te preocuparás por el envejecimiento o por el discurso que tengas que dar, aún no ha ocurrido.

Fuente: sabiduria.com

Cada persona que ha llegado a tu vida...

… en todo momento ha venido hacia Vos para recibir un obsequio de tu parte.

Al entregarle Vos tu ofrenda, esa Persona está, a su vez, dándote a Vos el tuyo: el regalo de permitirte pasar por la experiencia de sentirte pleno y realizado Siendo como Sos.

Cuando puedes advertir esta verdad tan sencilla…
cuando logras comprenderla…
es entonces cuando estás conociendo la verdad más grandiosa de todo en la Vida.

NO HE ESTADO ENVIÁNDOTE OTRA COSA QUE ÁNGELES.

Fuente: Conversaciones con Dios - Libro 2° - Neale Donald Walsch

jueves, 25 de octubre de 2007

¿Otra vez hice lo mismo?

"Otra vez hice lo mismo!"; "¿Cómo puede ser que me suceda nuevamente, con tanto esfuerzo que hice para cambiar esa parte de mí?". "Qué pena! No me di cuenta y desperdicié mi única oportunidad...!".

Ante este tipo de pensamiento, acto seguido, uno se cuestiona el valor de su propia inteligencia; quizás se insulte a sí mismo, o tal vez culpe a la vida respecto de que ciertos asuntos vuelvan a repetírsenos, o de que perdamos oportunidades sin haber respondido desde nuestro mejor lugar... Sin embargo, a veces alivia saber una cosa: a todos nos pasa lo mismo. No, no es por aquello de que "Mal de mucho consuelo de tontos", sino que, saber que este tipo de repeticiones son naturales en el proceso de evolución de un individuo, descarga el peso de concebirlas como una "falla estrictamente personal" (algo así como si uno se dijera "No sirvo para este mundo, para esta vida"). A todos se nos presentan estas situaciones repetitivas, como si los eventos esperaran de nosotros una mejor respuesta que la que dimos la última vez desde nuestra propia mecanicidad.

No hay cómo saber si la Realidad en sí tiene o no un Sentido, si es "para algo" que ciertos eventos se repiten en la historia personal, si hay una Ley oculta que genere este fenómeno con alguna razón difícil de comprender: en ningún lugar te entregarán un certificado en el que conste que esas cosas tienen algún Sentido. Sin embargo, esto implica que la opción está en uno. Uno mismo es quien puede posicionarse de dos maneras: o bien como una víctima de las circunstancias, que nada puede hacer para evitarlas, o como alguien que se predispone a aprender de eso que le sucede. En ese caso, así no tengamos una constancia fehaciente de que la vida tiene un Sentido, esa actitud misma estaría adjudicándoselo, por nuestra propia decisión.

Si uno evoca a las mejores personas que haya conocido, no importa a qué se hayan dedicado, qué credo practicaran, cuán anónimas o importantes hayan resultado: seguro, sí, que esas personas han procurado sostener a lo largo de las peores circunstancias esa segunda actitud (actitud que con frecuencia requiere de un hondo valor, de una fuerza de espíritu muchas veces colosal). Tal vez seamos como esas cerámicas que necesitan ir al horno varias veces hasta que se logre una cocción tal que la pieza cobre su pleno valor y su total belleza: cada repetición, entonces, se convertiría en una oportunidad de ser "más cocidos"; es decir, menos "crudos", más sensatos, más modestos, y, -por qué no-, más sabios. Quizás para eso la vida presenta otra oportunidad ante aquello que no pudimos aprovechar aún para aprender...


"Una mentira pretende
hacernos creer que nada
se presenta a nosotros por segunda vez.
¿Qué sería de nosotros si eso fuese cierto?
Nuestra vida entera depende de que todo
se repita hasta que respondamos
desde nuestro interior.
Puede que la milésima ocasión
rompa el hechizo."

Robert Frost


Fuente: Virginia Gawel & Eduardo Sosa

Hallan el lugar del cerebro donde nace el optimismo

Determinan cuáles son los circuitos neuronales involucrados

La tendencia tan humana de mirar hacia el futuro con optimismo descansa en lo profundo del cerebro, afirman investigadores de la Universidad de Nueva York, Estados Unidos, que identificaron una red de circuitos cerebrales que se activa cuando nos imaginamos viviendo una vida larga, sana y plena de logros.

"Comprender el optimismo es crítico, ya que se lo relaciona con la salud física y mental. Por otro lado, una visión pesimista está correlacionada con la gravedad de los síntomas de la depresión", declaró la profesora Elizabeth Phelps, directora del laboratorio de la Universidad de Nueva York donde se realizaron los experimentos cuyos resultados publica hoy Nature .

El equipo de Phelps sometió a un grupo de voluntarios a estudios de resonancia magnética funcional para examinar sus cerebros mientras se les pedía que se imaginaran a sí mismos en futuros eventos como "ganar un premio" o "terminar con una relación amorosa".

"Cuando los participantes imaginaban circunstancias positivas, se detectaba una mejora de la activación en el cíngulo anterior y en la amígdala, que son las mismas áreas cerebrales que parecen funcionar mal en la depresión", dijo el doctor Tali Sharot, principal autor del trabajo, que actualmente realiza un posdoctorado en el University College London, en Gran Bretaña.

"Los participantes más optimistas mostraban una mayor actividad en esta región al imaginar eventos futuros positivos", agregó el doctor Sharot.

"Nuestros resultados sugieren que mientras el pasado está cerrado, el futuro está abierto a interpretación, lo que permite a las personas tomar distancia de posibles eventos negativos y acercarse hacia aquellos que son positivos", declaró Phelps por su parte.

Implicancias terapéuticas

"Si bien muchos aspectos de las emociones suceden de forma espontánea, en los útlimos años se ha descubierto que las reacciones emocionales interactúan con otros procesos cognitivos más organizados y planificados (nuestros pensamientos, nuestras intenciones, nuestros planes, etcétera), de modo tal que estos últimos pueden modificar el curso de la respuesta emocional -comenta el doctor Fernando Torrente, jefe de Psicoterapia Cognitiva del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco)-. Por supuesto la interacción es de doble vía, y nuestra emociones a su vez guían y condicionan nuestras decisiones y acciones."

Estudios previos habían hallado que el cíngulo anterior se encontraba involucrado en la regulación de las respuestas emocionales. Este nuevo trabajo sugiere que en los individuos sanos esta región cerebral ayudaría a integrar y regular la información emocional y autobiográfica, permitiendo generar una visión positiva del futuro.

"Desde el punto de vista terapéutico, este trabajo tiene implicancias muy interesantes, pues refuerza la idea de que el modo en que pensamos e interpretamos nuestra realidad se conecta directamente con nuestras vivencias emocionales, y modificando la forma en que pensamos podemos mejorar nuestra experiencia emocional -dice Torrente-. Esto definitivamente apoya la concepción subyacente en los diferentes tratamientos psicoterapéuticos, y en especial los tratamientos basados en la teoría cognitiva. En efecto, según este enfoque, la clave para mejorar diferentes alteraciones emocionales es modificar los pensamientos negativos disfuncionales que las sostienen. O sea que la psicoterapia puede modificar la forma en que funciona nuestro cerebro."

Fuente: Artículo en LANACION.COM

lunes, 8 de octubre de 2007

¿Morir de rutina?

Así no. "Como siempre" no.

Porque los humanos tenemos un riesgo de Vida con el que lidiar: se llama "rutina".

Y es un riesgo de Vida porque implica un imperceptible proceso de auto-embalsamamiento: lo más vibrante de sí, nuestra capacidad de real contacto con la Vida, queda anestesiado por "lo de siempre".

Dejamos de expresar el afecto, de nutrirnos, de nutrir, y nos volvemos desesperantemente previsibles los unos para los otros.

"Rutina" es esa ruta pequeña del hábito, a la que nuestro cerebro, inclusive, está acostumbrado, porque le implica un menor esfuerzo, y puede hacerlo "en piloto automático".

Pero... si el piloto es automático y el comandante está embalsamado, ¿podrá nuestra nave llegar a buen destino?

Chesterton escribió una novela, (quizás hoy arcaica en su estilo, pero fantástica en el tema elegido), a la que llamó "Hombre-Vida"; hermoso título, ¿verdad?

Se trata de alguien cuyo "siempre" era hacer cada día algo diferente, algo fresco, algo no-rutinario, aún en las pequeñas instancias cotidianas, para vivir Vivo.

Cuando nuestra vida está rancia es porque uno mismo se ha vuelto rancio.

La mayoría de los hábitos deberían tener fecha de vencimiento. Sólo así cada uno de nosotros puede volverse un Hombre-Vida, una Mujer-Vida.

No hace falta gran cosa: ni más dinero, ni ser más joven, ni vivir en otro lugar.

Lo que hace falta es alertidad para gestar la iniciativa, ejercerciendo cada día al menos un acto creativo, con lo pequeño, con lo que hay.

No mañana ni el año próximo, "cuando tengamos más tiempo": HOY.
Porque, más aún que el agua y que el petróleo, el tiempo es un recurso no-renovable.

Entonces: sólo depende de nuestra actitud.

Si eso no sucede, si no nos des-mecanizamos, la Vida que hay en nosotros muere.

Y es necesario que nos anoticiemos de esto:
nadie vendrá a resucitarnos, pues sólo uno mismo puede hacer levantar al propio Lázaro para que vuelva a andar. (Tristemente sucede con demasiada frecuencia que cuando la muerte definitiva viene a buscar a los humanos sea poco el trabajo que tiene: se lleva cuerpos, pues el resto ya hace mucho que ha muerto. Muerto de rutina.)

Vinicius de Moraes y Chico Buarque lo cantaron tan bello que no hace falta decir más:

Un día él llegó tan diferente
de su modo de siempre llegar,
mirándola con ojos más tiernos
de lo que se había habituado a mirar,
y no habló mal de la vida
tal como se había acostumbrado a hablar,
ni la dejó sola de lado,
y, para su asombro, la invitó a bailar.
Y ella se puso tan linda
como hacía mucho no sabía estar,
con su vestido escotado
que olía ha guardado de tanto esperar.
Después él la tomó del brazo
como hacían antes para caminar,
y llenos de ternura y gracia
fueron a la plaza y se empezaron a abrazar...
Y allí danzaron tanta danza
que la gente toda al fin se despertó.
Fue tanta la felicidad
que la ciudad toda se iluminó.
Y fueron tantos besos locos
tantos gritos roncos
como no se oían ya...
que el mundo comprendió
y el día comenzó
en paz.
(Vinicius De Moraes - Chico Buarque)

Fuente:

domingo, 7 de octubre de 2007

Las 3 virtudes

¿Que clase de ser humano soy?

Qué pregunta ¿Verdad?

La del vaso, que retiene y que no da nada.
La del canal, que da y no retiene.
La de la fuente, que crea, retiene y da.

Y entonces comprendi que, hay seres humanos-vaso, cuya única ocupacion es almacenar virtudes, ciencia y sabiduria, objetos y dinero. Son aquellos que creen saber todo lo que hay que saber; tener todo lo que hay que tener, y consideran su tarea terminada cuando han concluido su almacenamiento. No pueden compartir su alegria, ni poner al servicio de los demas sus talentos, ni siquiera repartir sabiduria. Son extraordinariamente esteriles; servidores de su egoismo; carceleros de su propio potencial humano.

Por otro lado existen los seres humanos-canal, son aquellas que se pasan la vida haciendo y haciendo cosas. Su lema es: "producir, producir y producir". No estan felices si no realizan muchas muchisimas actividades y todas de prisa, sin perder un minuto. Creen estar al servicio de los demas, fruto de su neurosis productiva, cuando en realidad su accionar es el único modo que tienen de calmar sus carencias; dan, dan y dan; pero no retienen. Siguen dando y se sienten vacios.

Pero tambien podemos encontrar seres humanos- fuente, que son verdaderos manantiales de vida. Capaces de dar sin vaciarse, de regar sin decrecer, de ofrecer su agua sin quedarse secos. Son aquellos que nos salpican "gotitas" de amor, confianza y optimismo, iluminando con su reflejo nuestra propia vida,

Fuente: ~ Autor desconocido ~

jueves, 27 de septiembre de 2007

Volver


Hola gente linda,

Aquí me tienen volviendo al ruedo después de haberme tomado un tiempitoo para disfrutar de la organización y realización de mi casamiento, ¡si!

Decidí elegir tomarme este tiempo para disfrutar de cada paso, de cada tarea, de cada sentimiento, de cada emoción, para poder vivir la alegría de nuestro casamiento como realmente merecía vivirla... y no desde una obligación de llegar con los preparativos a la fecha prevista.

Estaba abrumada con muchas actividades (el trabajo, comedia musical, coaching) que no estaba pudiendo dedicarle el tiempo que yo necesitaba a planear los preparativos. Pero finalmente elegí priorizar ese período de entrega para poder pedir "un descanso" de mis otras actividades hasta volver de nuestra luna de miel. ¡Qué acertada decisión tomé! Afortunadamente todas las personas me apoyaron y entendieron y gracias a "priorizarme" y a pedir ayuda, pude cumplir uno de mis sueños más hermosos, casarme para formar una familia con el hombre que amo y disfrutar de casi un mes de emociones, aventuras y alegrías.

Ignacio y yo nos casamos el pasado 18 de agosto de 2007 y habiendo consumado ese hecho sentimos que hemos dado uno de los pasos más importantes de nuestras vidas, la elección de emprender juntos un proyecto de amor y de familia.

No quiero dejar de expresar el orgullo y la alegría que siento por haber tomado la decisión de caminar junto a Ignacio por la vida.

Estamos muy contentos y esperemos que pronto agrandemos la familia jeje (ay que emoción que siento al pensarlo).

¡ Los quiero !
Ani

¿Cómo nace un paradigma?

Un grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de bananas. Cuando un mono subía la escalera para agarrar las bananas, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo. Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo agarraban a palos.

Pasado algún tiempo más, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de las bananas. Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos. La primera cosa que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, quienes le pegaron. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera. Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho. El cuarto y, finalmente, el último de los veteranos fue sustituido.

Los científicos quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos que, aún cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquél que intentase llegar a las bananas.

Si fuese posible preguntar a algunos de ellos por qué le pegaban a quien intentase subir la escalera, con certeza la respuesta sería:

"No se, las cosas siempre se han hecho así, aquí..."


¿Te suena conocido?

¿Porqué estamos golpeando?

¿Porqué estamos haciendo las cosas de una manera, si a lo mejor las podemos hacer de otra?

"Es mas fácil desintegrar un átomo que un preconcepto"
Albert Einstein.


Fuente: Anónimo

El paquete de galletas

Cuando aquella tarde llegó a la vieja estación le informaron que el tren en el que ella viajaría se retrasaría aproximadamente una hora. La elegante señora, un poco fastidiada, compró una revista, un paquete de galletas y una botella de agua para pasar el tiempo. Buscó un banco en el andén central y se sentó preparada para la espera.

Mientras hojeaba su revista, un joven se sentó a su lado y comenzó a leer un diario. Imprevistamente, la señora observó como aquel muchacho, sin decir una sola palabra, estiraba la mano, agarraba el paquete de galletas, lo abría y comenzaba a comerlas, una a una, despreocupadamente.

La mujer se molestó por esto, no quería ser grosera, pero tampoco dejar pasar aquella situación o hacer de cuenta que nada había pasado; así que, con un gesto exagerado, tomó el paquete y sacó una galleta, la exhibió frente al joven y se la comió mirándolo fijamente a los ojos.

Como respuesta, el joven tomó otra galleta y mirándola la puso en su boca y sonrió. La señora ya enojada, tomó una nueva galleta y, con ostensibles señales de fastidio, volvió a comer otra, manteniendo de nuevo la mirada en el muchacho. El diálogo de miradas y sonrisas continuó entre galleta y galleta. La señora cada vez mas irritada, y el muchacho cada vez más sonriente.

Finalmente, la señora se dio cuenta de que en el paquete solo quedaba la última galleta. "No podrá ser tan descarado", pensó mientras miraba alternativamente al joven y al paquete de galletas. Con calma el joven alargó la mano, tomó la última galleta, y con mucha suavidad, la partió exactamente por la mitad. Así, con un gesto amoroso, ofreció la mitad de la última galleta a su compañera de banco.

- ¡Gracias! - Dijo la mujer tomando con rudeza aquella mitad.
- De nada. - Contestó el joven sonriendo suavemente mientras comía su mitad. Entonces el tren anunció su partida ...

La señora se levantó furiosa del banco y subió a su vagón. Al arrancar, desde la ventanilla de su asiento vio al muchacho todavía sentado en él anden y pensó: "¡Que insolente, qué mal educado, qué ser de nuestro mundo!"

Sin dejar de mirar con resentimiento al joven, sintió la boca reseca por el disgusto que aquella situación le había provocado. Abrió su bolso para sacar la botella de agua y se quedó totalmente sorprendida cuando encontró, dentro de su cartera, su paquete de galletas... ¡INTACTO!

Fuente: Anónimo

Dice un viejo proverbio...

"Peleando... juzgando antes de tiempo y alterándose no se consigue jamás lo suficiente, pero siendo justo, cediendo y observando a los demás con una simple cuota de serenidad... se consigue más de lo que se espera".

Principio del vacío

Tu tienes el hábito de juntar objetos inútiles en este momento, creyendo que un día (no sabes cuando) podrás precisar de ellos.

Tu tienes el hábito de juntar dinero sólo para no gastarlo, pues piensas que en el futuro podrá hacer falta.

Tu tienes hábito de guardar ropa, zapatos, muebles, utensilios domésticos y otras cosas del hogar que ya no usas hace bastante tiempo.

...Y dentro tuyo?

Tu tienes el hábito de guardar broncas, resentimientos, tristezas, miedos, etc. Eso es anti-prosperidad.

Es preciso crear un espacio, un vacío, para que las cosas nuevas lleguen a tu vida.

Es preciso eliminar lo que es inútil en ti y en tu vida, para que la prosperidad venga. Es la fuerza de ese vacío que absorberá y atraerá todo lo que tu deseas. Mientras tu estás material o emocionalmente cargando cosas viejas e inútiles, no habrá espacio abierto para nuevas oportunidades.

Los bienes precisan circular. Limpia los cajones, los armarios, el cuarto del fondo, el garaje.

Da lo que tu no usas más.
La actitud de guardar un montón de cosas inútiles amarra tu vida. No son los objetos guardados que estancan tu vida, sino el significado de la actitud de guardar.

Cuando se guarda, se considera la posibilidad de falta, de carencia.
Es creer que mañana podrá faltar, y tu no tendrás medios de proveer sus necesidades. Con esa postura, estás enviando dos mensajes para tu cerebro y para tu vida:

1º... tu no confías en el mañana.
2º... tu crees que lo nuevo y lo mejor NO son para ti, ya que te alegras con guardar cosas viejas e inútiles.

Desházte de lo que perdió el color y el brillo y deja entrar lo nuevo en tu casa... y dentro de ti mismo...

PRINCIPIO DEL VACÍO...

Fuente: Joseph Newton

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Regalos de la vida

Las personas son regalos que la vida me ha dado. Ya vienen envueltas, algunas en forma muy bella y otras de una manera menos atractiva.

Algunos han sido maltratados en el correo; otros llegan como "entrega especial"; algunos llegan envueltos, otros cerrados con gran rigidez.

Pero la envoltura no es el regalo y es importante darse cuenta de esto.

Es muy fácil equivocarse en este sentido, juzgando el contenido por el estuche.

A veces el regalo se abre con facilidad, otras se necesita la ayuda de otras personas.

Tal vez porque tiene miedo, quizás han sido heridas antes y no quieren ser lastimadas de nuevo.

Puede ser que alguna vez se abrieron y luego se olvidaron en un rincón.

Quizás ahora se sienten más bien como "cosas" que como seres humanos.

Yo soy una persona, como las demás, también soy un regalo.

Poseo una bondad que es sólo mía y sin embargo algunas veces tengo miedo de mirar dentro de mi envoltura.

Tal vez temo decepcionarme, quizás no confío en lo que llevo dentro.

Pudiera ser que en realidad nunca he aceptado el regalo que soy.

Cada encuentro y comunicación entre personas es un intercambio de regalos.

Mi regalo soy yo, tú eres tu regalo. Somos obsequios de la vida, unos para otros.

Es difícil pensar en ocasiones, que aquel que me ha lastimado es también un regalo, pero si vemos la ofensa como una envoltura maltratada y no nos quedamos con ella, seguramente encontraremos un hermoso regalo, pues de cada suceso se tiene una enseñanza para crecer en amor y en nuestra fe...

Nosotros mismos podemos tener una envoltura tan maltratada por el tiempo y las circunstancias, pero lo que llevamos dentro siempre será hermoso, pues quien lo puso ahí es nuestro deseo de vivir, sólo tendríamos que ver hacia adentro y estar listos para darnos.

Descubre en tu interior los dones con los que naciste y se el digno regalo para los que te necesitamos.

Fuente: Autor desconocido

Ser criticado

¿Miedo a la crítica? Anótelo: en la mayoría de las personas este miedo se ubica entre los de primer rango. ¿Por qué? Porque, instintivamente, como animales gregarios que somos, sentirnos criticados nos hace tener miedo de ser excluidos de la manada.
Y,en el reino animal esto significa quedar más expuesto a los depredadores, deambular sin territorio (sin agua ni comida), perder posibilidades de apareamiento ...
Cuando uno teme a la crítica, entonces, en principio reacciona desde lo más primal que rige nuestra conducta. Así, por largo tiempo, mientras adultece, el animal humano va tratando de adaptarse a los parámetros del sistema (aunque más no sea agrupándose con quienes se oponen al sistema!).
Fracciona su identidad, escondiendo partes de sí para no ser exonerado, rechazado, excluido... criticado.

Pero en algunas personas existe una fuerza peculiar que les lleva, -o bien desde siempre, o bien promediando la mitad de la vida-, a, de todos modos, tomar el riesgo de ser diferentes, aunque esto signifique quedar expuestos a la crítica.
Hablamos aquí de quienes han decidido convertir su propia vida en un peregrinaje.

Sí: los antiguos le llamaban "Camino", al proceso de consolidar la propia identidad, desde lo más esencial de sí (o sea, más allá de los condicionamientos del entorno). Y el problema es que si alguien se convierte en un verdadero individuo, será, por definición, diferente, porque en la periferia todos estamos formateados por el sistema imperante, pero en lo más profundo
NO: allí cada uno de nosotros es esencialmente único (una modesta nota peculiar en la Gran Partitura de la Creación).

Hay quienes al ver al que Camina se sienten propulsados a caminar también. Pero hay quienes apedrearán al "raro", también instintivamente, como si tuviera una peste que pudiera "contagiar a la manada".

De modo que es bueno saberlo: cualquiera que haya decidido apostar sus días a Caminar, necesita estar preparado para las críticas.
Algunas le servirán de espejo: es inteligente escucharlas.
Otras serán una buena prueba para medir cuán comprometido se está con el Camino como para no dejarse desviar por ellas.

Justamente, las críticas de quienes están inmersos en la locura del sistema serán un buen indicio de aquello que se adjudica erróneamente al Quijote: "Ladran, Sancho. Señal de que cabalgamos...". Tan viejo es este tema que así lo dijo hace miles de años Lao Tsé:


Cuando el sabio oye hablar del Camino,
trata de vivir en armonía con él.
Cuando el hombre normal oye hablar del Camino,
sólo lo comprende en parte.
Cuando el loco estudia el Camino
se ríe de él.
Sin embargo, si el loco no se riera
no sería el Camino.
Por tanto, si buscas el Camino
escucha la risa de los locos.


Lao Tsé

Fuente: Vitaminas para el alma

Un duelo... duele

Es natural: un duelo... duele. Pues con cada instancia que "duelamos" (alguien que muere, una separación, irse del terruño, perder un amigo...) duelamos, entre otras muertes, una muy puntual: la nuestra. Y esto es, inclusive, inclusive un hecho a nivel biológico: nuestro cerebro está tejido, como un macramé, por finos hilos a los que la vida da forma. Cuando algo concluye, una parte de nuestro cerebro se ve obligada a destejerse, como un abrigo que ya no usaremos. Sin embargo, las hebras de ese abrigo no tienen que ser descartadas: con esos mismos hilos necesitaremos tejer una nueva forma interna, un nuevo tramo de vida, una nueva identidad.

Sin embargo, cuando acontece una pérdida, la sensación puntual puede ser la de "nunca más": nunca más reiremos, nunca más respiraremos a pleno, nunca más estaremos con nadie, nunca más saldrá un canto desde nuestros labios... Y es natural que así nos parezca: un duelo... duele. Pero, por favor, no olvidemos que es necesario conservar al menos un pedacito de sí ajeno a esa auto-muerte: una parte que no crea en esos argumentos definitivos que el duelo impone... Permitirse, sí, estar turbado y confuso, incinerarse por dentro, y tirar fotos y papeles, y guardar lo guardable, y enojarse, y encerrarse, y salir, y volver a encerrarse... Porque es natural: un duelo... duele. Pero hacer lo imposible (y pedir ayuda si la necesitamos) para que esa parecita interna permanezca sobria, excenta de la negrura, recordándonos, desde en algún lugar recóndito, que la Vida reclama su continuación en nosotros, aunque no sepamos cómo hacerlo (la Vida misma nos lo irá diciendo). .

Antiguamente se le llamaba "duelo" a esa instancia en que dos "caballeros" se citaban, cada uno con un arma, caminaba en dirección opuesta, dándose la espalda, y a la voz de "ahora" se disparaban mutuamente (triste costumbre aquélla...). También en un duelo interno dos partes están en pugna: una que quiere morirse con lo que ha muerto, y otra que es esa partecita que implica nuestra conexión con la Vida. Es indispensable que la segunda se salve, haciendo oír su voz cada vez más nítidamente a medida que el proceso de duelo se elabore. Y la parte nuestra que muere con lo que se ha ido, resucitará bajo una nueva forma, en la nueva identidad que necesitaremos construir. Será indispensable darse el tiempo justo, hasta saber que es imperioso ya volver a la vida. Ésa será nuestra propia resurrección: el dolor del duelo, transformándonos. Millones de humanos la han vivido o la están viviendo ahora, al leer estas palabras (¿es ése su caso?). De modo tremendamente nítido describió su propio proceso Octavio Paz:


DESPUÉS

Luego de haber cortado todos
los brazos que se tendían hacia mí;
luego de haber tapiado
todas las ventanas y puertas;
luego de haber inundado
con agua envenenada los fosos;
luego de haber edificado mi casa en la roca
de un No inaccesible a los halagos y al miedo;
luego de haberme cortado la lengua
y luego de haberla devorado;
luego de haber arrojado puñados de silencio
y monosílabos de desprecio a mis amores;
luego de haber olvidado mi nombre
y el nombre de mi lugar natal
y el nombre de mi estirpe;
luego de haberme juzgado
y haberme sentenciado
a perpetua espera y a soledad perpetua,
oí, contra las piedras de mi calabozo de silogismos,
la embestida húmeda, tierna, insistente,
de la primavera.

Octavio Paz


Fuente: Virginia Gawel & Eduardo Sosa para Vitaminas para el alma

domingo, 16 de septiembre de 2007

El poder del pensamiento en positivo (extraído de LANACION.com)

¿El vaso medio lleno o medio vacío? La mente es demasiado poderosa como para minimizar el efecto de nuestras ideas e intenciones sobre la realidad. De cómo y por qué aquello que pensamos determina en gran parte lo que nos sucede,

Atrévase: el artículo que usted comienza a leer sólo trae buenas noticias. En línea paralela con los escépticos, los trágicos, los eternos derrotados y aun los nihilistas –aunque sin malgastar energías en el enfrentamiento–, hay mucha gente en el mundo convencida de que todos podemos pensar en positivo y que esto nos conducirá, inevitablemente, a una mejor calidad de vida.

"El optimismo es aprendido –asegura Andrés López Pell, psicólogo, director de la Fundación para la Salud y la Educación (Funsaled) y autor de investigaciones sobre el tema–. Por lo tanto, se mejora a través de distintos recursos, entre ellos, la psicoterapia. Se puede traer un bagaje genético que marque una tendencia o la influencia de aspectos de crianza, pero todo es modificable. El optimismo no es ingenuidad ni fantasía: es un conjunto de expectativas respecto del futuro que nos permite interpretar verazmente la realidad. Si la canoa se está hundiendo, se está hundiendo. El punto es no llorar, sino intentar nadar (o aplicar otro recurso, que siempre existen) para ponerse a salvo."

Hugo Hirsch, director del Centro Privado de Psicoterapias (CPP), dice que ver el vaso medio lleno o medio vacío no es otra cosa que un hábito, y que un hábito es algo que podemos cambiar. "Se puede aprender a ver lo positivo de cada situación –dice Hirsch, un psicoterapeuta de larga trayectoria–. Hay personas que lo logran más fácilmente que otras; existen aquellos que lo hacen naturalmente, pero todos podemos entrenarlo por medio de distintos métodos, por ejemplo, la autoconciencia y el autoconocimiento, aprendiendo a identificar pensamientos negativos y cuestionándolos. Si tenemos en claro la propensión hacia el pensamiento negativo, somos conscientes de la dificultad para ver lo positivo. Es un buen inicio."

La búsqueda del bienestar (o de la felicidad) es una meta que parece haber nacido con el ser humano. Tema filosófico por excelencia –desde los griegos, primer escalón reflexivo de la cultura occidental, distintas escuelas y corrientes sumaron aportes sobre el tema–, su status científico fue sin embargo bastante relegado: hasta podría decirse que ciertas disciplinas arrojaron la propensión humana al bienestar o la felicidad a la estantería de los temas menores.

Beatriz Vera Poseck, licenciada en psicología por la Universidad Complutense de Madrid, escribe que durante muchos años la psicología se centró exclusivamente en el estudio de la patología y las debilidades del ser humano, y que esta perspectiva la convirtió en algo así como una "ciencia de la victimología", como si el estudio de la "parte positiva" de la existencia humana no tuviera (casi) sentido.

Sin embargo, cuando, en 1998, asumió como presidente de la Asociación Americana de Psicología, el psicólogo estadounidense Martin E. P. Seligman, nacido el 12 de agosto de 1942 en Albany, dio un contundente giro al estado de las cosas. Nacía así la psicología positiva.

Un golpe de timón

"Después de 25 años de estudiar la depresión, Seligman dijo basta –explica Hugo Hirsch–. Entonces comenzó a preguntarse por qué había muchos que, en lugar de deprimirse, eran o intentaban ser felices. Advirtió que desde fines de la Segunda Guerra Mundial, o quizás antes, todas las disciplinas vinculadas con la salud mental se habían ocupado únicamente de lo que andaba mal, de recuperar lo roto, por decirlo de alguna manera, pero poco y nada se había investigado para trabajar con lo bueno."

Hirsch plantea que la psicología positiva se orienta al hallazgo empírico de aquellos elementos que contribuyen al bienestar, la felicidad, la realización personal. "Por ejemplo –enumera–, las características familiares que tienen aquellos hogares con niños más sanos, o cómo incide el sentimiento de esperanza en el proceso de curación de las enfermedades. No es una escuela, no hay un único modelo, lo que sí existe es una búsqueda de investigaciones científicas que demuestren cómo es posible que alguien desarrolle una virtud. Se parte de un supuesto: que podemos ser felices, y se busca identificar factores que conduzcan a eso y producir material científico con evidencia empírica que permita que cualquiera los utilice. Por ejemplo, está demostrado científicamente que la actividad física regular mejora el estado de ánimo. Es bien práctico; la información les sirve tanto al profesional de la salud como al lego. Es una reacción al énfasis de más de 50 años de búsqueda de solución de la patología: más que identificar debilidades se busca señalar fortalezas y trabajar sobre ellas. Y es más probable que se consigan resultados trabajando sobre fortalezas que sobre debilidades."

Todo ser humano (sí, cada una de las personas que habitan este planeta) tiene un conjunto de fortalezas personales según Seligman: curiosidad, amor por el conocimiento, pensamiento crítico, ingenio, perspectiva, valentía, perseverancia, honestidad, vitalidad, amor (capacidad de amar y ser amado), generosidad, distintos tipos de inteligencia, sentido de la justicia, capacidad de liderazgo, don de perdonar, modestia, prudencia, autocontrol, aptitud para apreciar la belleza, disposición para agradecer, optimismo, sentido del humor, espiritualidad.

Y en tanto los tratamientos psicológicos habitualmente se focalizan directamente sobre los problemas que aquejan a la persona, Seligman postula que la psicoterapia positiva es una "estrategia de amortiguación", en la que el diálogo con el terapeuta se centra en incrementar las emociones positivas, las fortalezas, en lugar de las carencias. Accediendo a la página web del instituto que dirige, es posible conocer este conjunto de cualidades, además de (previa registración, totalmente gratuita) tomarse autotest y trabajar sobre ellas ( http://www.authentichappiness.sas.upenn.edu/questionnaires.aspx" ).

"Pero la psicología positiva se vincula también con el concepto de resiliencia –agrega Hugo Hirsch–, que ha sido tomado de la física, y es la capacidad de los materiales de regresar a su estado inicial aunque hayan sido completamente alterados. Pero si lo utilizamos en psicología o en cualquier otra ciencia humana, resiliencia quiere decir más que eso, y es, por ejemplo, la capacidad que muestran las personas, por caso muchos niños, para atravesar circunstancias por demás difíciles o trágicas y salir fortalecidos de eso. Todos estos años aprendimos mucho sobre factores de riesgo. Sin embargo, olvidamos que un factor de riesgo no es necesariamente una condena."

Pensar, un arma poderosa

¿De qué se nutre un pensamiento? Según Andrés López Pell, "lo que se cree de las cosas es muchas veces una idea infundada que se adquirió a lo largo de la vida sin saber bien ni cuándo ni cómo, y que probablemente nunca haya sido sometida a un análisis racional. Seligman afirma que a menudo muchas de las creencias son prejuicios y, por lo tanto, sumamente inútiles. La indicación es tomar distancia de las explicaciones pesimistas, al menos hasta verificar su certeza".

El método propuesto por el creador de la psicología positiva consiste en un diálogo interno con uno mismo que permite discutir (sin intermediarios) acerca de la evidencia, las alternativas, las implicaciones y la utilidad de la creencia pesimista que la persona presenta y que habitualmente es un obstáculo para su propio bienestar. "Uno tiene que actuar como un detective, buscando evidencias de esa creencia", ironiza López Pell. "Aunque se obtengan pruebas que apoyen esa creencia –agrega el psicólogo–, generalmente la realidad estará a favor de rebatirla porque las ideas pesimistas tienen un punto débil: suelen exagerar algún aspecto de la realidad y los hechos pueden poner de manifiesto esas distorsiones, generalmente asociadas a explicaciones catastróficas. Los acontecimientos son siempre multideterminados, y las personas pesimistas suelen aferrarse a las explicaciones más negativas; por eso, la tarea consiste en desechar esa costumbre destructiva y habituarse a generar pensamientos más realistas y lógicos."

Hirsch explica que lo típico del pensamiento pesimista, según Seligman, es considerar: "Lo que me pasa de malo es lo único que me pasa, abarca toda mi vida, va a durar para siempre y yo soy responsable o culpable de eso".

¿Y cómo garantizar que la influencia de los aspectos inconscientes no atenten contra la intención de modificar nuestros patrones negativos de pensamiento? "Durante mucho tiempo –explica Hugo Hirsch– se puso tanto énfasis en lo inconsciente que les hemos restado demasiada importancia a los aspectos conscientes, que son los voluntarios. Pensar en términos positivos nos dispone a que algo salga razonablemente bien. Podemos ampliar nuestro margen de conciencia perfectamente. La felicidad depende más de desarrollar ese margen y, con esa conciencia, hacer algo. Porque de poco o nada sirve entender y entenderse sin autogestión: el autoconocimiento sin autogestión no sirve para nada. Tengo que conocer mis recursos, pero también saber cómo administrarlos."

Más sanos, más longevos

Diversos estudios científicos demuestran que de la mano del pensamiento positivo se suma mejor salud física y emocional. Andrés López Pell explica que una investigación realizada entre pacientes de la institución que dirige junto a Alexis Kasansew reveló que aquellos que habían incrementado su nivel de optimismo sufrían menos somatizaciones: malestar estomacal, taquicardia, náuseas, sensación de ahogo: "Toda la sintomatología que corresponde al estilo somático –dice López Pell–. Estas personas suelen ser más pesimistas, tienen peores expectativas sobre el futuro; responden al tipo de gente que cuando se divorcia, por ejemplo, cree que estará solo para siempre y, de ese modo, genera un círculo vicioso, una autoprofecía que posiblemente se cumplirá".

Pensar en positivo también nos hace más longevos. Un estudio de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, encabezado por la doctora Becca Levy y realizado durante varias décadas sobre más de 600 personas mayores de 50 años, demostró que aquellos con una disposición más positiva hacia el envejecimiento vivían más tiempo (hasta un promedio de 7,5 años) y libres de enfermedades típicamente asociadas a la vejez.

En este sentido, la doctora Martina Casullo, directora del Departamento de Psicología de la Universidad de Palermo, profesora emérita de la UBA e investigadora principal del Conicet, dice que a menudo hacemos una asociación inmediata entre la vejez y el deterioro, "cuando también puede ser sinónimo de sabiduría; ¿por qué no mirarla también de esta manera?".

Casullo coordinó durante los dos últimos años el 1º y el 2º Encuentro Iberoamericano de Psicología Positiva en nuestra ciudad, organizado por la Universidad de Palermo, y que contó con la asistencia de más de un centenar de especialistas de todo el continente. "Seligman envió a un delegado, James Pawelski, que es hispanohablante, para que asistiera a la reunión de este año–comenta la psicóloga, sin disimular su entusiasmo– y el año pasado él mismo prologó la edición especial de la revista Psicodebate, que edita la Universidad, dedicada completamente a artículos sobre psicología positiva." (Psicodebate 7, revista de Psicología, Cultura y Sociedad de la Universidad de Palermo, Buenos Aires, 2006).

La especialidad del planteo no radica en lo "novedoso" de las ideas: el propio Martin Seligman dice que la psicología positiva no descubre nada nuevo en realidad, nada muy diferente de lo que el sentido común nos puede enseñar.

Temas olvidados

Martina Casullo plantea que en este inicio del siglo hay dos ejes que dominan el ambiente de la reflexión sobre la condición humana. "Uno es el respeto al aporte de las neurociencias –dice la psicóloga– y otro, el enfoque sociocultural. Hoy está demostrado que el medio ambiente no es sólo estresor y negativo, sino que también puede influir positivamente en el individuo. La psicología positiva de hace eco de este espíritu de época y recupera temas que han sido olvidados a pesar de que tienen una importancia central en el bienestar de las personas: entre éstos, los valores, que constituyen en buena parte el capital psíquico del sujeto y que lo ayudan a buscar el bienestar a partir de sus posibilidades, de sus propios recursos. Si se trabaja desde allí, es posible que las expectativas sean más reales para cada uno de nosotros y enfrentemos menos frustraciones."

Casullo dice que un tema al que la psicología positiva da especial énfasis es la capacidad de perdonar. "Y no hablamos del perdón como sinónimo de reconciliación, o de anular la demanda ante una ofensa o un delito. Es, en realidad, un trabajo de autoperdón para lograr que la propia persona no se sienta culpable. El desarrollo de la capacidad de perdonar debería integrar programas de promoción y prevención de la salud, porque son muchas las personas que podrían beneficiarse si tuvieran la posiblidad de hablar y reflexionar sobre el tema."

La psicología positiva también enfoca su mirada hacia la influencia que tienen aspectos tales como la religiosidad, la vida cultural, la gratitud, el sentido del humor y la autoestima, o las estrategias puestas en marcha frente a los duelos, en la calidad de vida de los colectivos sociales, y ocupa buena parte de las investigaciones el estudio de cómo poblaciones de alto riesgo logran enfrentar (y superar) las negativas condiciones de vida que les tocan, es decir, la resiliencia.

Martina Casullo comenta que el enfoque de la psicología positiva tiene especial aceptación entre sectores medios y bajos, "por la necesidad concreta de sobrevivir en ambientes más adversos –reflexiona–. Por ahora, para sectores más ligados a lo intelectual no se trata de un pensamiento de primera línea… Se lo ve facilista o simplista, se lo asocia a la new age sin tener en cuenta que se gestó y se está desarrollando en ámbitos académicos y científicos, y tampoco se tiene en cuenta lo más importante: que contempla temas esenciales de la vida, que recupera lo mejor de la psicología humanística y existencial y de la psicología social".

El secreto radica, todo parece, en desarrollar recursos que apunten a la prevención y que permitan que cada persona enfrente mejor y más dotada con sus recursos, reconociéndolos, su propio proyecto de vida.

"El balance de lo que se hizo durante el siglo XX es negativo –dice Martina Casullo, ensayando una sonrisa que oscila entre el realismo más cruel y la tímida esperanza–. No hacen falta ni más resentimientos y ni más broncas. Tenemos que tener un propósito, y este enfoque puede ayudarnos a ir tras él."

Por Gabriela Navarra

Para saber más www.thehappinessinstitute.com
www.cpp.com.ar
http://www.authentichappiness.sas.upenn.edu
http://resilnet.uiuc.edu/espanol
www.funsaled.org.ar
www.psicologia-positiva.com
buenosaires@ar.bkwsu.org (Universidad Espiritual Mundial Brama Kumaris, sede local)

La paradoja de Seligman

Parece mentira, pero el hombre que firmó el acta fundacional de la psicología positiva pasó más de la mitad de su vida estudiando la depresión: Martin E. Seligman, director del Centro de Psicología Positiva de la Universidad de Pensilvania, EE.UU, desafió a sus colegas y, tras haber sido nombrado presidente de la Asociación Americana de Psiquiatría, en 1998, destinó todos sus esfuerzos al desarrollo de una tendencia que algunos ya consideran escuela y que, aseguran, gana adeptos día a día.

“Seligman pasó muchos años de su vida estudiando cómo las personas que sufren depresión llegaban a un estado que llaman de desamparo aprendido y que consiste básicamente en considerar que no tienen ninguna alternativa viable para cambiar esa situación –explica Andrés López Pell–. En determinado momento, invirtió sus preguntas y comenzó a buscar respuestas acerca de cómo existían sujetos que, aun sometidos a los peores estresores y situaciones difíciles, siempre eran capaces de salir adelante.

Seligman fue uno de los primeros investigadores en demostrar, por ejemplo, que, alcanzado cierto nivel mínimo que garantice la cobertura de las necesidades básicas, tener mayor dinero no es un pasaporte hacia la felicidad. Y de esto, fundamenta, dan fe los estudios sobre la depresión en sociedades económicamente desarrolladas y opulentas.

Seligman plantea que existen tres tipos de felicidad, aplicados a tres niveles de vida diferentes: “La vida placentera, la vida buena y la vida con sentido –dice–. Para alcanzar el primer tipo de felicidad debemos intentar disfrutar de los mayores placeres posibles y echar mano de métodos que nos permitan saborearlos y disfrutarlos mejor: compartirlos con los demás, aprender a describirlos y recordarlos, y usar técnicas como la meditación para ser más conscientes de esos placeres. El segundo nivel, mucho menos superficial y pasajero, es lo que Aristóteles llamó eudaimonia y que ahora denominamos flow, o estado de flujo, y que consiste en encontrar las propias virtudes y los talentos, y ponerlos a nuestro servicio, viviendo experiencias que nos dejen absortos, fuera del tiempo. Finalmente, la vida con sentido supone encontrar alguna causa, motivo o tarea más grande que uno mismo, estar el servicio de los demás de alguna forma, y es la que permite una felicidad más profunda y duradera.”

Para pensar en positivo

Tener en cuenta estas claves pueden ayudar a reformular nuestra forma de sentir, pensar y actuar.

1.- Evitar las ideas del tipo “todo o nada”. La realidad no es “blanco y negro” o “buena o mala”. Si pensamos en esos términos, somos rígidos y no damos lugar a matices o puntos de vista.

2.- No generalizar demasiado. Alguien mintió o no acudió a la cita, pero eso no significa que ocurra en todos los casos. Conclusiones que comiencen con “siempre” o “nunca” suelen conducir a exageraciones.

3.- No focalizar en el peor detalle. Las situaciones tienen distintos puntos de vista. Si elegimos centrarnos en lo peor, todo se verá mal. Por ejemplo, dar más importancia a críticas que a elogios.

4.- No minimizar lo bueno. Siempre hay algo positivo para destacar. Si lo pasamos por alto o lo desvalorizamos, perdemos la oportunidad de apreciar sus ventajas.

5.- Por menos o por más. Nos equivocamos tanto cuando exageramos la importancia de un problema como cuando minimizamos nuestras capacidades para afrontarlo.

6.- Evitar las predicciones. Ante indicios confusos o que nos despiertan ansiedad, anticipamos la peor conclusión. Pensar que algo saldrá mal incide en su resultado.

7.- Decir “no” a las suposiciones. En nuestra comunicación cotidiana es frecuente que creamos que otro (amigo, pareja, compañero) piensa o siente de un modo. ¿Cómo sabemos que es así? Preguntar es mejor que suponer.

8.- Huir de la victimización. Frases o sentimientos como “¿por qué me toca siempre a mí?” o “siempre tengo mala suerte” o “¿por qué a los otros sí y a mí no?” nos alejan de la responsabilidad sobre nuestros actos.

9.- No poner ni ponernos etiquetas. Al equivocarnos, no toda nuestra persona merece ser descalificada; y algo similar ocurre cuando otros cometen errores. No es lo mismo decir “esto lo hice” que “soy un tonto”. Pero atención: tampoco responsabilizar a los demás por errores propios.

10.- Poner límites a la propia responsabilidad. Si nos creemos responsables de cada problema (una separación, un hijo que desaprueba, etc.) sólo sentiremos culpa. Esta idea, sin embargo, oculta otra, más negativa aún: creer que todo está bajo nuestro control.

Lucha siempre

Por Francesco Alberoni

Me ha ocurrido muchas veces que he dejado a un amigo o conocido en condiciones desastrosas, ya de salud, económicas o de trabajo. Y me he preguntado con miedo cómo habría hecho para resistir, en qué habría acabado su situación. Y muchas veces, reencontrándolo después de años, he descubierto que estaba bien, alegre, lleno de vida, con una nueva actividad, a veces con una nueva esposa o un nuevo marido. Y he entendido que, en realidad, no podemos decir que la vida de una persona está acabada, porque todos poseemos enormes capacidades que no utilizamos y la vida siempre nos ofrece una nueva oportunidad, antes impensable. Pero se ponen en juego cosas muy profundas. Cuando estás duramente derrotado, o cuando enfrentas una enfermedad mortal, te alejas de la realidad, te repliegas en ti mismo; es un poco como su estuvieras muerto. Y cuando te recuperas, cuando te curas, es como si te fuese dada una segunda vida, y te invade un deseo febril de hacer, de tener nuevas experiencias. Un amigo mío, que se recuperó de un tumor considerado incurable, se compró un bellísimo barco con el que sale a navegar por el Mediterráneo. Otro ha escrito un libro que ha tenido un éxito inesperado. Una amiga se ha hecho famosa haciendo publicidad, otra ha adoptado un niño, una tercera simplemente se ha dedicado a gozar de las cosas bellas: un baño en el mar, su jardín, un viaje, una fiesta, y cuando hablas con ella te serena. Por eso nunca hay que decir : “No hay nada que hacer”; “qué se le va a hacer, no puedo tener hijos”; “qué se le va a hacer, no me gradué”; “qué se le va a hacer, me llegó la menopausia”; “qué se le va a hacer, estoy jubilado”. No tiene sentido: es como decir “qué se le va a hacer, se terminó la liquidación”. Si la liquidación se terminó, hay otras infinitas posibilidades de compras. Y no hay que perder tiempo en lamentarse de no tener más esto o aquello, ni de rumiar nuestros errores o las maldades que han cometido los demás. Errores cometemos todos y todos padecemos las maldades ajenas. No se trata de ser optimista solamente: tenemos que hacer las cosas que nos gustan, que nos estimulan, e ignorar las demás. No hables con los que te resultan antipáticos, con los que te irritan, y no veas películas que no te interesan; evita los programas de televisión que te fastidian. Y si encuentras algo que realmente tiene valor, lucha por realizarlo. Debes estar tan vivo a los noventa años como a los veinte. Y lucha sin miedo, con placer, con el gusto de hacer algo como si fuera una competencia de esquí, o de tenis o una maratón.

Corriere della Sera /LA NACION

El autor, italiano, es escritor

Traducción: Mirta Rosenberg

El arte de fluir

En el libro Pensamiento positivo (RBA Libros), Miriam Subirana y Ramón Ribalta explican que la modificación de viejos hábitos o creencias es la clave para transformar nuestros patrones de pensamiento. Las motivaciones, las visualizaciones, las afirmaciones positivas y la meditación, definida como “el poder del pensamiento concentrado”, son buenas herramientas. La meditación, desafían sus adeptos, no tiene nada de complicado. Se puede comenzar repitiendo palabras sencillas (“amor”, “paz”, “luz”), en voz alta o en silencio, durante lapsos de 10 a 20 minutos, en lugar y situación tranquilos, cómodamente ubicados, respirando en forma pausada y consciente. El fenómeno está lo suficientemente estudiado y los resultados son contundentes: por derecho y por revés, meditar hace bien.

Subirana y Ribalta dan ejemplos de pensamientos innecesarios (generalmente referidos al pasado; por ejemplo: “Si hubiera estado ahí no habría sucedido esa desgracia”), negativos (del tipo “todo va a salir mal”), y en tanto dicen que esta clase de pensamientos –más allá de la razón que uno tenga acerca de lo que expresan– nos vuelven perdedores porque estimulan un estado de “polución mental”, un pensamiento positivo, por sencillo que sea, siempre genera un beneficio… y no daña a nadie.

Simon Reynolds, en Mejor que el chocolate (Ed. V&R), enumera 50 técnicas para ser más felices: registrar qué cosas nos hacen bien, practicar actividad física, ser disciplinados, agradecer, reír, dormir mejor, tener metas altas, cultivar la amistad, no hacer del dinero la prioridad de la vida, expresar el cariño, mantenernos ocupados, tener un propósito vital. Reynolds explica el concepto de “fluir” (flow), introducido por el psicólogo de origen húngaro (y apellido impronunciable) Mihaly Csikszentmihalyi, uno de los aportes más importantes para explicar las claves del disfrute. El fluir consiste en realizar una actividad con cierto nivel de complejidad, ver claramente que avanzamos en ella, usar en eso toda nuestra concentración, y sentir que tenemos el control.

Los expertos aseguran que cuanto más “fluimos” más felices somos. ¿Y cómo?

El propio Martin Seligman da ejemplos de fluir. Dice que él es jugador de bridge, un entretenimiento muy común entre los estadounidenses mayores. “El promedio de edad de quienes participan en los torneos es de 70 años, una época de la vida en que es frecuente sentir dolores y molestias físicas –reflexiona–. Sin embargo, ninguno de ellos se queja de nada mientras juega. Están completamente absortos en lo que hacen, se olvidan de todo.”

El propio bienestar

En 1984, el psicólogo Edward Diener, de la Universidad de Illinois, EE.UU, elaboró una escala de medición del propio bienestar.

Sólo lleva unos minutos y puede orientarnos acerca de cuán conformes (o no) estamos con nuestra propia vida. A continuación, cinco afirmaciones con las que puede estar de acuerdo o no.

Utilizando esta escala de 1 a 7 indique su grado de acuerdo con cada frase colocando a continuación de ella el número apropiado.

1. En total desacuerdo
2. En desacuerdo
3. Ligeramente en desacuerdo
4. Ni de acuerdo ni en desacuerdo
5. Ligeramente de acuerdo
6. De acuerdo
7. Totalmente de acuerdo

a) En la mayor parte de los aspectos, mi vida está próxima de mi ideal
b) Las condiciones de mi vida son excelentes
c) Estoy satisfecho/a con mi vida
d) En gran parte, he logrado las cosas importantes que quería en la vida
e) Si pudiera vivir mi vida otra vez, no cambiaría casi nada de ella

Puntuaciones:

31 a 35: extremadamente satisfecho con su vida
26 a 30: muy satisfecho
21 a 25: ligeramente satisfecho
20: punto neutral
15 a 19: ligeramente insatisfecho
10 a 14: insatisfecho
0 a 9: extremadamente insatisfecho
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