De repente entendemos que no estamos viviendo conforme a lo que realmente deseamos y lo que es peor, ni siquiera estamos en contacto con esos deseos porque los desconocemos; ésta es la zona oscura más importante de reconocer.
Esa oscuridad nos lleva a encontrar la llave que abre las puertas hacia el logro del bienestar tan anhelado; la llave es CONOCER NUESTROS DESEOS MÁS PROFUNDOS.
Una pared ancha y fuerte que no vemos se ubica frente a nuestros ojos, nos limita, nos separa de nuestros anhelos.
Esta barrera puede estar cimentada en diferentes pilares como ser nuestra crianza, mandatos familiares, educación, miedos adquiridos, pre-juicios, modelos mentales, el "qué-dirán", etc. pero por sobre todo lo que la mantiene erguida e inquebrantable es nuestro diario vivir sin acción, en verdad sin tener motivos para ella; quedándonos pasivos.
Derribar esa pared puede parecer tan difícil y de hecho, dependiendo de la convicción de cada persona, lo es, aunque crear y abrir una brecha de paso hacia el otro lado no resulta tan complicado como puede pensarse.
Solo necesitamos clarificarnos, armarnos de valor y energía, sostener en alto nuestras convicciones e impulsarnos hacia eso que queremos, acortar hasta hacer desaparecer esa brecha de insatisfacción.
Uno de los PRINCIPALES objetivos del coaching ontológico (ver nota al pie, Ontológico) es lograr en nosotros un CAMBIO DE OBSERVADOR, ¿qué significa esto? Significa ponernos otros "anteojos" para detectar cuál es esa pared, ¿de qué "materiales" está construida? ¿cuáles son esos bloqueos que la hacen crecer y la mantienen erguida? Las respuestas a éstas preguntas serán las razones por las cuáles no hemos logrado o creado la vida que queremos, en ese momento comprendemos que hemos sido incapaces de "movernos" porque teníamos una razón.
Otro objetivo ESENCIAL del coaching y tiene de pre-requisito cumplir con el anterior, es PONERNOS EN ACCIÓN.
SIN ACCIÓN, NO PODEMOS TENER RESULTADOS.
Vemos muchas veces personas exitosas, entusiasmadas y apasionadas con su vida, sus relaciones, su profesión, su trabajo. Viven felices en lugares soñados, disfrutan de abundancia en todos los sentidos; pensamos que el mundo es injusto dándole más a unos que a otros. Atribuimos estos "bienes" a la SUERTE... aunque, existe algo fundamental que separa a este grupo de personas exitosas de las que no lo son: la ACCIÓN.
SOLO LA ACCIÓN PRODUCE RESULTADOS Y NOS PERMITE LOGRAR NUESTROS OBJETIVOS.
En el camino surgirán dudas y por sobre todo MIEDO. Podemos aceptar tenerlo como compañero en nuestro camino ya que nunca desaparecerá y elegir gestionarlo reemplazando lo que nos provoca temor por imágenes de lo que SI queremos, visualizando y enfocándonos en nuestros objetivos para ponernos en acción desde el impulso de la motivación.
Cuando hablamos de coaching personal, nos referimos a un proceso de desarrollo personal, que implica conocernos a nosotros mismos y está relacionado con la transformación de nuestra forma de SER (cambiando nuestra forma de OBSERVAR) y finalmente con nuestra forma de HACER para lograr los resultados que queremos.
Un análisis individual/personal similar puede aplicarse en las organizaciones.
Cuando nos referimos a coaching organizacional lo que hacemos es, en lugar de enfocar la atención (observar) en la persona, enfocamos la atención en una organización en funcionamiento, observando a un grupo de individuos trabajando juntos donde surgen otro tipo interacciones.
En el mundo de las organizaciones el coaching ontológico aspira a un cambio cultural a conciencia, cuestionando sus "formas de hacer las cosas". Estas "formas de hacer" devienen en conductas, normas, limitantes y creencias que funcionan en forma automática. Este "automatismo" produce ciertos resultados y muchas veces la organización no está conforme con estos resultados que obtiene y desean mejorarlos.
Algunas preguntas para detectar estas "formas de hacer las cosas" pueden ser:
¿Cuáles son aquellos hábitos y conductas que adoptamos día a día que traen consecuencias que impactan directamente en la satisfacción de nuestra organización y su productividad?
¿Que ocurre a partir de la forma de comunicarnos y escucharnos que sostenemos entre nosotros?
El estado emocional y anímico que transitamos, cómo nos sentimos, ¿facilita el trabajo en equipo o lo dificulta?
¿Cuáles estados de ánimos necesitamos transitar para facilitar el trabajo diario en conjunto y lograr los objetivos?
¿Cómo estamos coordinando nuestras acciones?
¿Cuál es nuestro nivel de compromiso y con qué estamos comprometidos?
¿Hacia dónde nos dirijimos?
¿Estamos dedicando tiempo y esfuerzo en gestionar estos problemas?
¿Cuál es el impacto negativo que podemos tener por no encarar un diagnóstico y soluciones efectivas de acción?
¿Cuáles habilidades están faltando en las personas que asumen cargos de liderazgo?
Muchas veces la mejora y/o la solución no implica hacer más o menos esfuerzo, sino observar esas maneras de hacer las cosas y comenzar a cuestionarlas, para poder trabajarlas, modificarlas y así obtener beneficios que la organización no se hubiera imaginado conseguir antes de lograr un cambio en su "ser" (un cambio de observador).
Un coach puede acompañar en este camino personal y/o organizacional de transformación y cambio.
El rol del coach puede medirse al analizar y comprender que la capacidad, el desempeño y aprendizaje de las personas y organizaciones no sigue una línea predeterminada, sino que muchas veces se enfrenta con muros invisibles, que dificultan su accionar impidiendo su desarrollo.
El coach es un "entrenador" capaz de detectar estas áreas de dificultad actuando como "promotor" de los cambios necesarios en las formas de ser (de observar) y a partir de éstas desenvolvernos en el mundo hacia nuestros objetivos.
A nivel personal, un coach se enfoca en la persona como un todo analizando los dominios de vida en forma integral.
El coach no diagnostica la salud mental ya que considera que cada uno de nosotros cuenta con todos sus recursos propios y potencial para lograr lo que desea; tampoco enseña ni aconseja.
A nivel organizacional, un coach se enfoca en la organización en funcionamiento analizando algunas distinciones como por ejemplo la manera en que se escuchan unos a otros, de qué manera interactúan las personas, cómo producen sinergias, cuál es la confianza que existe entre ellos, entre otras.
El coach fundamentalmente asiste, acompaña y guía el camino del aprendizaje hacia los objetivos.
En un mundo en profundo y constante cambio, tanto las personas como las organizaciones se encuentran frente al desafío de subsistir en una nueva realidad cambiante, competitiva, sostenida por una dinámica social diferente. Esto les exige adaptarse con otros recursos y herramientas siendo flexibles y capaces de aprender y desarrollarse constantemente .
La transformación personal y organizacional son dominios indisolubles en creciente desarrollo, ambos necesitan de la capacidad de aprendizaje para vivir, como el instrumento más importante. Es en este contexto generacional, donde el coaching ontológico adquiere relevancia, como un nuevo modelo de transformación, cambio y aprendizaje.
Nota al pie:
Ontología: Estudio del SER. ONTO: del griego οντος, genitivo del participio del verbo ειμι, ser. LOGIA: λογος, ciencia, estudio, teoría.
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