ReINgeniería de Vida para Crear Abundancia, Bienestar y Libertad desde Tu Esencia: Un regalo original

jueves, 15 de mayo de 2008

Un regalo original

Hola mis queridos lectores,
Estuve haciendo una "limpieza" de cuenta de correo y analizando cuál mail borrar y cuál no, encontré este que alguna vez mi gran amiga Beth allá por el 2006 me envió para compartir.
Me encantó lo que dice y estoy muy de acuerdo...
Espero que hagamos todo lo posible para encontrar aquello que nos hace únicos e inconfundibles... Deseo que eso para lo cual fuimos llamados, trascienda y se exprese en nuestras acciones día a día...
Cariños,
Ani
Miré las palmas de mis manos y observé las múltiples líneas que las surcan. Es llamativo como esas líneas se bifurcan, se empalman, se interrumpen, se ensanchan o se afinan, se enlazan o se ligan. Luego, mirando con más atención descubrí mis huellas digitales y su finísimo y sinuoso dibujo. Se me ocurrió la pregunta más ingenua del día, ¿Para qué tenemos huellas digitales? No me parecía que mi vida se modificara o alterara por el simple hecho de tener o no esas huellas digitales casi invisibles. Recordé que también tenemos huellas plantares, huellas en la retina, huellas genéticas, todas únicas, originales e irrepetibles. Recordé un inquietante trabajo de investigación, desarrollado gracias a las posibilidades de la computación, que demostraba que jamás hubo huellas como las que yo tengo y que eran remotísimas las posibilidades de que alguna vez en el futuro pudieran repetirse. Esta intrigante situación me llevó a imaginar una extraordinaria respuesta a la pregunta sobre la razón de esta característica que nos hace únicos y originales en este mundo.
La respuesta parece tan simple y obvia que me estremece el sólo hecho de tomarla en consideración. Estas huellas tienen que ser un mensaje. Como una etiqueta de fábrica, como las especificaciones para el correcto uso de nuestro cuerpo y nuestro tiempo. Un mensaje tan claro, evidente, e indeleblemente inscripto en nuestro cuerpo que me da escalofríos siquiera imaginarlo: somos seres únicos e incomparables. Nunca hubo nadie como yo, ni jamás lo habrá. Esas huellas en mis manos manifiestan una posibilidad y un mandato que sólo yo puedo hacer realidad. Imagino el mensaje: "Tus manos son capaces de hacer en este mundo algo que tú únicamente puedes hacer. Esas huellas en tus pies te indican que hay caminos para abrir en este mundo que solamente tú puedes caminar. Tus ojos pueden ver algo que nadie más es capaz de ver".
Inquieto por esta posibilidad, e impulsado por la curiosidad indagué otras culturas sobre este tema y esto es lo que encontré:
Somos originales, excepcionales y extraordinarios. Somos irrepetibles y únicos. Vinimos a este mundo a dejar un regalo único, singular e inconfundible. Esta es, al mismo tiempo, una bendición y una tremenda carga.
Nuestra misión es aprender y crecer. Para crecer debemos desarrollar nuestras habilidades, expresar nuestros talentos y superar nuestros vicios. Si logramos hacerlo podremos dejar nuestro regalo, un fruto, nuestra alegría, nuestra sabiduría como un legado a este mundo. Podrá ser un regalo magnífico o uno pequeño y modesto. Eso no importa porque Dios tiene dispuesto en este infinito universo un lugar privilegiado para cada regalo. Todos los regalos son importantes e imprescindibles porque forman parte de un programa universal. Cada regalo es una pequeña pieza del descomunal proyecto que se va desplegando día a día, siglo tras siglo, milenio tras milenio en este confín del universo.
A partir de esta idea, "Tú eres ese regalo único", algo formidable y terrible se va aclarando. Si no dejamos este regalo antes de irnos, ese lugar destinado a exhibirlo quedará vacío para toda la eternidad. Nadie más podrá ocuparlo. Todos pasarán por ese lugar y sentirán el frío y la oscuridad, y dirán: "Aquí él tendría que haber depositado su regalo, pero como no lo hizo, nadie sabrá jamás quién era él realmente, y nadie más podrá dar calor y luz a este rincón".
Jamás una partitura musical es igual a otra, ninguna pintura es igual a otra, ningún poema es igual a otro. Ni una brizna de pasto es igual a otra. Ninguno de los millones de millones de microscópicos cristales de los millones de copos de nieve son idénticos. Ninguna caricia es igual a otra.
No es tan difícil encontrar ese regalo único que somos capaces de dejar en este mundo. Por favor, no se vaya de este mundo sin dejar su pequeño regalo.
Fuente: XI El Undécimo Mandamiento: No Matarás Tus Sueños. Dr. Mario Rosen
¡Gracias Beth L.!

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