'No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo'.
El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima, el otro jugador le dice:
'Te apuesto un peso a que no la haces'.
Todos se ríen. El se ríe. Tira la carambola y no la hace. Paga su peso y todos le preguntan qué pasó, si era una carambola sencilla. Y él contesta:
'Es cierto, pero me he quedado preocupado de una cosa que me dijo mi madre esta mañana sobre algo grave que va a suceder a este pueblo'.
Todos se ríen de él, y el que se ha ganado su peso regresa a su casa, donde está con su mamá, feliz con su peso y le dice:
'Le gané este peso a Dámaso en la forma más sencilla porque es un tonto.' '¿Y por qué es un tonto?'.
'Porque no pudo hacer una carambola sencillísima', según él preocupado con la idea de que su mamá amaneció hoy con la idea de que algo muy grave va a suceder en este pueblo.
Y su madre le dice:
'No te burles de los presentimientos de los viejos porque a veces salen.'
Una pariente que estaba oyendo esto y va a comprar carne y le dice al carnicero:
'Deme un kilo de carne', y en el momento que la está cortando, le dice:
'Mejor córteme dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado'.
El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar un kilo de carne, le dice: 'Mejor lleve dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se están preparando y comprando cosas'.
Entonces la vieja responde:
'Tengo varios hijos, mejor deme cuatro kilos...'
Se lleva los cuatro kilos, y para no hacer largo el cuento, diré que el carnicero en media hora agota la carne, mata a otra vaca, se vende toda y se va esparciendo el rumor.
Llega el momento en que todo el mundo en el pueblo, está esperando que pase algo. Se paralizan las actividades y de pronto a las dos de la tarde, alguien dice:
'¿Se ha dado cuenta del calor que está haciendo?' '¡Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor!'
'Sin embargo', dice uno, 'a esta hora nunca ha hecho tanto calor'.
'Pero a las dos de la tarde es cuando hace más calor.'
'Sí, pero no tanto calor como hoy.'
Al pueblo todos alerta, y a la plaza desierta, baja de pronto un pajarito y se corre la voz:
'Hay un pajarito en la plaza'. Y viene todo el mundo espantado a ver el pajarito.
Pero señores, dice uno siempre ha habido pajaritos que bajan aquí.
'Sí, pero nunca a esta hora'.
Llega un momento de tal tensión para los habitantes del pueblo, que todos están desesperados por irse y no tienen el valor de hacerlo.
'Yo sí soy muy macho, grita uno. Yo me voy'.
Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle central donde todo el pueblo lo ve. Hasta que todos dicen:
'Si éste se atreve, pues nosotros también nos vamos'.
Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, los animales, todo. Y uno de los últimos que abandona el pueblo, dice:
'Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa', y entonces la incendia y otros incendian también sus casas'.
Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio de ellos va la señora que tuvo el presagio, le dice a su hijo que está a su lado:
'¿Viste m'hijo, que algo muy grave iba a suceder en este pueblo?'
Esto es lo que en sociología llaman "la profecía autocumplida" o "el efecto Pigmalión".
POR ESO:
· No hagas caso del rumor.
· No seas un instrumento para crear el caos.
· Lo negativo atrae a lo negativo
· Sé POSITIVO.
· Tratemos de construir con visión de futuro y no de destruir lo que tenemos.
Mi reflexión final...
No hablemos todo el tiempo de que hay crisis, no la hagamos crecer.
Cambiemos nuestro pensamiento y concentrémonos en lo positivo, en lo que SI queremos que ocurra.
Estemos al acecho de nuestras conversaciones internas. Las épocas difíciles pasaron, pasan y pasarán... y hemos sobrevivido y superado cada una de ellas, saliendo siempre adelante.
¿Para qué pre-ocuparnos ahora?
En lugar de preocuparnos (ocuparnos antes), ocupémonos ahora de lo que haga falta hacer.
Actuemos no como víctimas, sino como protagonistas.
El víctima echa culpas afuera, no se hace cargo, vive sufriendo y se queja alimentando sin cesar el miedo y el pánico desde su misma postura. Lo peor de todo es que envuelve a otros en su mismo discurso y lenguaje.
El protagonistas emprenden iniciativas, busca soluciones y las encuentra aplicándolas. Interpreta los problemas como oportunidades y cada uno de los desafíos que le toca enfrentar, los ve como espacios para aprender y crecer como ser humano.
El protagonista siempre se pregunta:
- ¿cuál es la gran oportunidad que se esconde en el problema o crisis?
- ¿qué puedo hacer con esto que me está ocurriendo?
- ¿cuál es el mensaje maravilloso que esta situación quiere enseñarme?
¿Y tú como te encuentras? ¿Te observas víctima o protagonista?
Con amor,
Ani Vera
Esta es otra genialidad de Gabo... Acompañada de su respectivo toque! =)
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