
Emprender es tener un espíritu sanamente revolucionario que busca cambiar el estado de las cosas; es ser un gladiador que no le teme a los golpes porque sabe que son parte de la victoria; es no bajar los brazos y levantarlos con más fuerzas cuando la mano viene dura.
Por eso, cada tanto vuelvo a releer este cuento que me refresca el alma cuando la aridez de la crisis pega:
- ¡Papá! ¿Qué es la utopía?, preguntó la niña
- Mira hija, la utopía es como el horizonte. Si damos un paso para lograrla, ésta se aleja un paso; si damos dos pasos, también se aleja dos pasos;
- ¿Entonces para que vale?
- Pues para eso hija, para CAMINAR.
Autor: Marcelo Berenstein de http://www.emprendedoresnews.com/
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