(D.Chopra en su libro "El camino hacia el amor")
Todavía recuerdo cuando me sentía perdida con lo que quería hacer de mi vida, intentando encontrar un camino en el cual pudiera sentirme alineada con mi esencia, mi realidad esencial. Parecía que todo ya estaba dicho para mi, lo que debía ser y hacer, donde debía estar... pero yo estaba convencida que había algo más... que "eso vivía en mi" y a toda costa necesitaba "descubrir" (desocultar, correr el velo, romper las estructuras) cuál era ese camino misterioso y secreto que terminaría de dar sentido a mi vida.
Desde niña siempre fui una "preguntona" y rebelde que se hacía miles de cuestionamientos y vivía preguntando a mis papás los "por qués" y "para qués" de todas las cosas.
Me maravillaba con "instantáneas" y pequeñas situaciones, personas, cosas... era como si el mundo tomara significados especiales dada la intepretación que yo hacía de ellos.
Pasé años de mi vida intentando "encontrarme". Si en mi niñez era preguntona, ya en mis años de juventud la cantidad de cuestionamientos filosóficos incansables aumentaba en mi cada vez más y poco a poco ese proceso comenzó a generar molestia, incomodidad. Incomodidad con lo que hacía en mi vida laboral, incomodidad con las personas, incomodidad con los mandatos familiares, sociales, con los "debes hacer" y "tienes que hacer". Incomodidad de estar representando un papel que otros habían escrito para mi, un papel de mi falso yo.
Mis eternas preguntas condicionales y provocadoras "¿Y si... ?" se hacían cada vez más frecuentes poniéndome en una posición de insatisfacción sobre las cosas que "tenían que ser como eran", sintiendo una profunda tristeza y molestia de toparme con la deshonestidad, la mentira, la manipulación, las emociones negativas, las peleas, la "mala onda", el consejo de "cuidarme y no mostrar mis sentimientos para que no me hieran" y tantas otras. Me sentía incapaz de aceptar situaciones disfuncionales en mi hogar, en el colegio, en el trabajo y me resultaba tremendamente difícil disasociar mis sentimientos y aparentar "como que todo estaba bien".
Esa incomodidad me llevó a transitar situaciones muy difíciles porque ejerció un impacto directo en "la historia de mi vida que me contaba a mi misma" o "la historia que me contaban sobre lo que yo era o debía ser y aceptar". De repente la vida no era como me la habían contado, la vida no era el cuento ni el formato del "debes ser", "tienes que ser y hacer". Mi vida estaba en jaque.
Y luego el buscarme afuera sin descanso para al fin encontrarme adentro... Y luego el choque, "el darse cuenta", el tomar conciencia, el DESPERTAR... y se "hizo la luz".
Al despertarme de ese automatismo decidí enfrentar esos modelos sobre lo que yo debía ser o tener para vivir en este mundo y "que me vaya bien".
Enfrentarlos, cuestionarlos, darlos vuelta, desarticularlos para encontrar mi verdadero ser.
Claro que en el transcurso de mi vida aparecieron señales de todo tipo que me indicaban el camino de mi propio ser... mi verdadero camino. Pero ya ven, andamos muchas veces con la inconciencia del no saber, del no sentir, del no ser, en ese esquema o marco en el que "debemos" encajar socialmente, "corriendo como una ratita de laboratorio en la ruedita sin fin"... "porque así tiene que ser", "porque así está bien".
Y creo que me encontré con mi verdadero ser... y me llena de felicidad escribir estas palabras porque lo he sentido como traer un hijo al mundo (a pesar de que no conozco todavía la sensación de ser madre y la ansío con todo mi ser).
Yo busqué mi camino, que siempre estuvo ahí implícitamente, lo sé. Por alguna razón me había desviado en alguna etapa de mi vida pero rápidamente encontré mi rumbo. Era tan grande mi deseo de encontrarlo (encontrarme) que busqué día y noche, hablando con personas que me ayudaron, leyendo libros que me apoyaron en ese proceso, aprendiendo de las experiencias adversas de mi vida... y así fue que logré re-conocer "por qué" y "para qué" estoy aquí.
Necesité responder las grandes preguntas de mi vida:
¿Para qué existo?
¿Cuál es el propósito de mi vida?
El PARA QUE me conecta cada día con mi misión y le da sentido a mis actos, determina día a día mi camino integrando todas las áreas de mi vida. Mi "para qué" es dar, es servicio. Miro para adentro y me conecto con mi propia grandeza para dejar algo de mi en este mundo.
Mi misión se convierte entonces en un recordatorio constante de para qué existo; y frente a las adversidades cada vez que siento que pierdo el equilibrio, mi misión apunta como una brújula hacia el significado y la significación... y me ayuda a enderezarme.
Desde niña siempre fui una "preguntona" y rebelde que se hacía miles de cuestionamientos y vivía preguntando a mis papás los "por qués" y "para qués" de todas las cosas.
Me maravillaba con "instantáneas" y pequeñas situaciones, personas, cosas... era como si el mundo tomara significados especiales dada la intepretación que yo hacía de ellos.
Pasé años de mi vida intentando "encontrarme". Si en mi niñez era preguntona, ya en mis años de juventud la cantidad de cuestionamientos filosóficos incansables aumentaba en mi cada vez más y poco a poco ese proceso comenzó a generar molestia, incomodidad. Incomodidad con lo que hacía en mi vida laboral, incomodidad con las personas, incomodidad con los mandatos familiares, sociales, con los "debes hacer" y "tienes que hacer". Incomodidad de estar representando un papel que otros habían escrito para mi, un papel de mi falso yo.
Mis eternas preguntas condicionales y provocadoras "¿Y si... ?" se hacían cada vez más frecuentes poniéndome en una posición de insatisfacción sobre las cosas que "tenían que ser como eran", sintiendo una profunda tristeza y molestia de toparme con la deshonestidad, la mentira, la manipulación, las emociones negativas, las peleas, la "mala onda", el consejo de "cuidarme y no mostrar mis sentimientos para que no me hieran" y tantas otras. Me sentía incapaz de aceptar situaciones disfuncionales en mi hogar, en el colegio, en el trabajo y me resultaba tremendamente difícil disasociar mis sentimientos y aparentar "como que todo estaba bien".
Esa incomodidad me llevó a transitar situaciones muy difíciles porque ejerció un impacto directo en "la historia de mi vida que me contaba a mi misma" o "la historia que me contaban sobre lo que yo era o debía ser y aceptar". De repente la vida no era como me la habían contado, la vida no era el cuento ni el formato del "debes ser", "tienes que ser y hacer". Mi vida estaba en jaque.
Y luego el buscarme afuera sin descanso para al fin encontrarme adentro... Y luego el choque, "el darse cuenta", el tomar conciencia, el DESPERTAR... y se "hizo la luz".
Al despertarme de ese automatismo decidí enfrentar esos modelos sobre lo que yo debía ser o tener para vivir en este mundo y "que me vaya bien".
Enfrentarlos, cuestionarlos, darlos vuelta, desarticularlos para encontrar mi verdadero ser.
Claro que en el transcurso de mi vida aparecieron señales de todo tipo que me indicaban el camino de mi propio ser... mi verdadero camino. Pero ya ven, andamos muchas veces con la inconciencia del no saber, del no sentir, del no ser, en ese esquema o marco en el que "debemos" encajar socialmente, "corriendo como una ratita de laboratorio en la ruedita sin fin"... "porque así tiene que ser", "porque así está bien".
Y creo que me encontré con mi verdadero ser... y me llena de felicidad escribir estas palabras porque lo he sentido como traer un hijo al mundo (a pesar de que no conozco todavía la sensación de ser madre y la ansío con todo mi ser).
Yo busqué mi camino, que siempre estuvo ahí implícitamente, lo sé. Por alguna razón me había desviado en alguna etapa de mi vida pero rápidamente encontré mi rumbo. Era tan grande mi deseo de encontrarlo (encontrarme) que busqué día y noche, hablando con personas que me ayudaron, leyendo libros que me apoyaron en ese proceso, aprendiendo de las experiencias adversas de mi vida... y así fue que logré re-conocer "por qué" y "para qué" estoy aquí.
Necesité responder las grandes preguntas de mi vida:
¿Para qué existo?
¿Cuál es el propósito de mi vida?
El PARA QUE me conecta cada día con mi misión y le da sentido a mis actos, determina día a día mi camino integrando todas las áreas de mi vida. Mi "para qué" es dar, es servicio. Miro para adentro y me conecto con mi propia grandeza para dejar algo de mi en este mundo.
Mi misión se convierte entonces en un recordatorio constante de para qué existo; y frente a las adversidades cada vez que siento que pierdo el equilibrio, mi misión apunta como una brújula hacia el significado y la significación... y me ayuda a enderezarme.
Quiero compartir con vos la misión que le da sentido a mi vida:
Mi misión es liderar asistiendo con mi palabra el proceso del autodescubrimiento, inspirando en los demás la posibilidad de concretar sus sueños desde una emoción de gratitud, pasión y amor por la vida.
Y para despedirme te regalo este texto que lo encontré en http://concienciacion.blogspot.com/ con el cual me sentí muy identificada:
Algunas dias siento una melodia hermosa que suena en mi corazon y me reconforta,
siento que me da la bienvenida al mundo y me acompaña por donde vaya.
No se puede cantar ni es música que se pueda tocar,
porque está más allá de las palabras.
Sin embargo suena y me hace vibrar en todo mi ser
¿Como describir lo innombrable?
¿Para qué querer medir aquello que me supera y está mas allá del entendimiento?
Simplemente me dejo llevar, sin resistencias, en paz,
como una flauta que es tocada por el viento,
me dejo llevar más y más hacia el corazon,
y fluyo..."
Y para despedirme te regalo este texto que lo encontré en http://concienciacion.blogspot.com/ con el cual me sentí muy identificada:
Algunas dias siento una melodia hermosa que suena en mi corazon y me reconforta,
siento que me da la bienvenida al mundo y me acompaña por donde vaya.
No se puede cantar ni es música que se pueda tocar,
porque está más allá de las palabras.
Sin embargo suena y me hace vibrar en todo mi ser
¿Como describir lo innombrable?
¿Para qué querer medir aquello que me supera y está mas allá del entendimiento?
Simplemente me dejo llevar, sin resistencias, en paz,
como una flauta que es tocada por el viento,
me dejo llevar más y más hacia el corazon,
y fluyo..."
¡Me despido con mucho cariño hasta la próxima!
Ana Cecilia
Publica mis artículos: Puedes publicarlos donde quieras si incluyes lo siguiente...
Ana Cecilia Vera asiste a personas y profesionales en el proceso de cambio que necesitan para emprender y lograr sus objetivos desde una transformación interior. Si quieres crear nuevas posibilidades en tu vida, disfrutarla al máximo con éxito y felicidad, visita ahora www.anaceciliavera.com.ar para recibir más tips gratis.
Publica mis artículos: Puedes publicarlos donde quieras si incluyes lo siguiente...
Ana Cecilia Vera asiste a personas y profesionales en el proceso de cambio que necesitan para emprender y lograr sus objetivos desde una transformación interior. Si quieres crear nuevas posibilidades en tu vida, disfrutarla al máximo con éxito y felicidad, visita ahora www.anaceciliavera.com.ar para recibir más tips gratis.
Ana, te reconozco enormente en todo lo que estas haciendo para encontrar tu misiòn y hacerte cargo de ella.
ResponderEliminarVos sabès que estas en el camino, seguì transitandolo que en èl es donde mejor vibras.
Te mando un beso grande y un te quiero mucho.
Pablo
Ana...De plano te digo: "Me encanta tu "Blog", tu "Espacio"..
ResponderEliminarRealmente, navegaba buscando información en torno al cerebro triuno y no se porque cai aqui...Dicen que las casualidades no existen...Me apego a ello; me consta que lo que existen son las causalidades....Asi es que me atrajo la ilustrrción de la pagina y luego, no resisti la tentacion de "curucutear" (como decimos aqui en Venezuela) y empece a dejarme guiar por el instinto...Y para mi agrado...me sentí muy identificada con lo que expresas en muchos de tus modulos...Yo me auno a tu sentir en torno a la misión; creo que coincidimos en ello y además también estoy en ese proceso de crear mi propio blog..asi que comparto ese sentir, esa duda inicial...En fin.....Ya coloqué tu blog entre mis pags. favoritas y adicionalmente, me inscribi...
Espero seguir enriqueciendome de tu sentir y tu pensar..
Recibe un abrazo de estas costas del Caribe,
Sol
Estimada Mari Sol,
ResponderEliminarTe agradezco enormemente el comentario que me has regalado en el blog.
Me alegro mucho que podamos compartir los pensamientos y sentimientos, son muy intensos y significativos y nos anima a ponernos en acción hacia objetivos nobles y de servicio.
Te felicito por la iniciativa de crear tu blog. Al crearlo y actualizarlo siempre siento que sigo creciendo conmigo misma y compartiendo con la gente lo que me pasa para ser mejores personas y disfrutar de la vida.
Espero que te suscribas a la newsletter que semanalamente envío con la actualización de escritos y pensamientos en este blog.
Un cariño desde Argentina
Ana