Ser madre es una fiesta del alma
y en el cuerpo,
es una siembra lenta,
crisol de la paciencia,
de la espera del tiempo.
Ser madre es esa magia
que se toca y se besa
en el cuerpo del hijo
en la noche y el día,
en madrigada o siesta.
Ser madre es prolongarse,
y es espera y espera,
primero, en la llegada,
luego, en la puerta abierta,
y en todas las ventanas
es mirar con clemencia
cuando vuelan muy lejos
los hijos y su esencia...
Autor desconocido. "Es verdad", dice Flor... "los hijos y sus hijos forman con nosotros un maravilloso entramado de amor, respeto, solidaridad, paciencia, presencia que nos permite cobijarnos de los vendavales externos".
Muchas gracias Flor por compartir este sentimiento.
Cariños,
Ani Vera
Q lindooooo........disfrutar de la creación y de estar vivos!
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